La leche materna, ese líquido blanquecino que emana de los pechos de las mujeres, ha sido el alimento de los bebés durante miles de años y, curiosamente, hay muchas cosas sobre ella que aún hoy desconocemos.
La culpa de ello la tiene la leche de fórmula, que empezó a utilizarse el siglo pasado, justo cuando la medicina más avanzaba, desplazando en gran parte la alimentación con leche natural que llegó a considerarse de peor calidad que la artificial y haciendo que hoy tenga que hacerse un gran trabajo, tanto de investigación, para conocer más a fondo la leche materna, su funcionamiento y sus propiedades, como de educación, para erradicar falsos mitos de hace años que lo único que consiguen es ayudar a que las madres dejen de dar el pecho o que las lactancias sean fallidas.
Uno de estos mitos es el que dice que la mujer que amamanta no puede tomar apenas medicamentos porque, como todo lo que toma pasa a la leche, el bebé podría sufrir graves efectos secundarios. Para hablar de ello entrevistamos a José María Paricio, miembro del Comité de Lactancia Materna de la AEP y jefe del Servicio de Pediatría del Hospital de Denia, anterior Hospital Marina Alta, que formó parte de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN), centro autor de la conocidísima página web www.e-lactancia.org, que coordina el Dr. Paricio y que se ha convertido en una herramienta indispensable para todos los profesionales de la salud que tratamos de fomentar, y sobretodo respetar, la lactancia materna e incluso para las madres que tratan de mantener la lactancia a pesar de las desafortunadas opiniones de algunos pediatras, enfermeras o médicos de familia.
¿Estoy en lo cierto cuando digo que es un mito decir que la mujer que amamanta no puede apenas tomar medicamentos?
Absolutamente. Hay una concepción errónea del pecho como si fuese un órgano que concentre las toxinas del organismo en la leche, lo que es absolutamente falso: el pecho femenino es un filtro que depura lo mejor de la mujer y lo convierte en leche.
Entonces, ¿podría ser que muchas mujeres que han dejado de dar el pecho por iniciar una medicación podrían haber seguido amamantando?
Efectivamente, muchísimos medicamentos, o no pasan nada a la leche, o lo hacen en cantidades tan pequeñas que para nada van a dañar al lactante, o son medicamentos que pueden tomar los lactantes y por tanto desprovistos de efectos secundarios importantes. Sólo las drogas de abuso, algún medicamento poco empleado y los medicamentos anticancerosos están absolutamente contraindicados durante la lactancia.
Alguna vez te has encontrado con una mujer que te ha afirmado esto mismo: “yo habría seguido, pero tuve que tomar X”, y te has dado cuenta de podría haber seguido dando el pecho sin problemas? Si es así, ¿le has informado de ello?
Por supuesto, en muchas ocasiones, lo que no deja de ser lamentable. Si ha pasado poco tiempo, todavía están a tiempo si lo desean de “relactar": volver a comenzar con la lactancia para que la producción de leche se reanude. Si ya es demasiado tarde, puede servir para una lactancia posterior de otro hijo, o para informar a familiares o amigas.
¿A qué te refieres con “si están a tiempo"?
Bueno, “a tiempo" siempre se está, lo que ocurre es que cuanto más tiempo de interrupción de lactancia pasa, más difícil y largo de tiempo también es que la leche vuelva utilizando métodos de relactación (fundamentalmente volver a estimular mucho el pecho con puesta del bebé frecuente). Evidentemente, puede que haya pasado tanto tiempo que no sea ya a considerar por la madre o por el lactante.
¿Te has encontrado con el caso contrario: “no he podido tratarme de lo mío porque estoy dando el pecho” y has visto que esa mujer sí podría haber tomado la medicación prescrita?
Desgraciadamente también. Es un error dejar sin tratamiento de una dolencia a una mujer sin haber hecho el esfuerzo de investigar si dicho tratamiento es compatible o no con la lactancia; como ya he dicho, es muy probable que lo sea: habremos dejado, por ejemplo, rabiando con un dolor de muelas a una madre lactante por no saber que el paracetamol o el ibuprofeno son compatibles con la lactancia.
¿Es cierto eso que dicen que si una medicación afecta a la cabeza de la mamá, seguro que afecta al bebé?
Si te refieres a medicación del tipo de los antidepresivos o los ansiolíticos, es completamente falso en algunos casos y falso con matices en otros: la casi totalidad de los antidepresivos más utilizados hoy día se ha podido comprobar que el paso por leche es nulo o mínimo y que no afectan en absoluto al lactante; entre los ansiolíticos, que pueden producir sedación-adormecimiento en la madre, hay que elegir los que se eliminan más rápidamente y pasan menos a leche para evitar que el lactante duerma demasiado y pueda tener problemas.
Y sobre el tema de las anestesias, ¿puede tratarse u operarse una mujer que está lactando? En alguna ocasión hemos comentado en Bebés y más el caso de una madre a la que se le hizo un empaste sin anestesia…
Cualquier anestesia local, incluidas las anestesias locales en la boca y también las anestesias loco-regionales y la epidural y raquianestesia son compatibles con la lactancia: del medicamento anestésico pasan cantidades ínfimas a la sangre (de otra manera sería peligroso para la misma persona). Pero es que las anestesias generales afortunadamente hoy se hacen con productos que se eliminan tan pronto del organismo (ya nadie “cuenta su vida" después de una operación) que en cuanto la mujer se despierta, si lo desea, puede amamantar.
La entrevista con José María Paricio consta de algunas preguntas más, así que seguiremos con ella mañana. Os emplazo a que la sigáis leyendo entonces.
En Bebés y más | Lactancia y medicamentos, Algunos antidepresivos pueden dificultar el comienzo de la lactancia, Razones médicas para no amamantar (II)