Esto es una mastitis: una madre comparte su dolorosa experiencia para que las madres lactantes se informen
Podemos explicar qué es una mastitis (y a continuación lo haremos), pero como se suele decir por ahí: una imagen vale más que mil palabras. Rudy es una madre que da el pecho a su bebé desde hace un año y quiere compartir su historia, no porque sea inspiradora ni agradable, sino para que todas las madres lactantes estén informadas sobre este problema que puede surgir durante la lactancia materna.
La lactancia materna no siempre es un camino de rosas, puede surgir complicaciones pero la clave para solucionarlas está en poseer la información necesaria para conocer las causas, prevenirlas en la medida de lo posible y saber cómo actuar en cada caso.
¿Qué es una mastitis?
La mastitis es la infección de la glándula mamaria que provoca inflamación y la mayoría de las veces dolor, enrojecimiento, fiebre, escalofríos y dolores musculares y articulares.
Afecta a un 10% de las mujeres que amamantan y es una de las principales causas de abandono de la lactancia, aunque precisamente aumentar la frecuencia de las tomas es la forma de prevenirla cuando se notan los primeros síntomas.
Signos de alerta de la mastitis
El primer signo de alarma puede ser dolor al dar el pecho al bebé. Amamantar no debe doler; si duele, algo va mal. La ingurgitación mamaria es una congestión de los pechos bastante dolorosa que puede derivar en una mastitis si no se le pone solución con las técnicas adecuadas.
Sientes el pecho caliente e inflamado y puedes notar pequeños bultos producidos por la obstrucción de los conductos y aparecen zonas enrojecidas en el pecho. A la vez que sientes calor en el pecho, sientes escalofríos y aparece fiebre por encima de los 38,5º.
La experiencia de Rudy
Al igual que le había sucedido al comenzar la lactancia materna, y como le sucede a muchas mujeres, no estaba informada sobre las posibles complicaciones que podrían surgir al amamantar.
Esta desinformación la llevó a tardar en reconocer que tenía una posible mastitis que la hizo acabar en urgencias. Por eso quiere ahora compartir su experiencia con otras madres para crear consciencia sobre esta dolorosa complicación y cómo prevenirla o solucionarla.
Esto es una mastitis. Tras un año de lactancia materna, el pasado domingo me sentí obligada a compartir mi historia. La lactancia materna no fue fácil para mi. Mi leche llegó después de cinco días. No era consciente de que podía tomar tanto tiempo, ni siquiera sabía lo que significaba la "subida de la leche". (Nadie me enseñó nunca.) Yo era la única madre que amamantaba en mi barrio. Una mujer trató de amamantar, pero cambió a la fórmula después de 12 horas porque ella "no tenía leche" (nadie le enseñó tampoco). Mientras los otros bebés dormían con el vientre lleno, mi hijo gritó y lloró apegado a mi pecho durante toda la noche. (¿Qué era el agrupamiento de tomas? Nadie me lo dijo)
Cuando llegué a casa, empezaron a surgir problemas: mi pezón literalmente se partió por la mitad. Nunca sentí tal dolor, temía cada toma, pero lo seguí haciendo con lágrimas en mis ojos hasta que me curaron. (Nadie me enseñó que la lactancia materna podría ser dolorosa, nadie me enseñó cómo era una grieta)
Al alimentar a mi hijo en público, o bien debía ir al baño o extraerme en casa para darle de comer con una botella. Porque sentía vergüenza como si fuera a incitar a otros. Esto dio lugar a conductos obstruidos y obstrucción mamaria. (Yo alimento libremente en público ahora, y lo llevo haciendo durante mucho tiempo. ¡Mierda, esta sociedad está al revés!)
Luego vino la mastitis. Recuerdo que me desperté a las 3 de la mañana estremeciéndome, poniéndome mi bata y mantas extra y tratando de alimentar a mi hijo. El dolor era insoportable. Estaba temblando y sudando pero helando hasta los huesos. A las 5 de la mañana desperté a mi novio y le dije que pensé que tenía que ir al hospital. Mi padrastro, que es médico, tomó mi temperatura y dijo que era levemente alta, pero que tomara un paracetamol e intentara dormir.
A las 7am no había conseguido dormir y ahora estaba vomitando, él tomó mi temperatura otra vez (40 grados). Yo había desarrollado sepsis durante la noche. Esto sucedió porque no pude reconocer los signos más sutiles de la mastitis (al no apreciar ningún enrojecimiento ese día)
Me llevaron a emergencias. Me dieron morfina y los antibióticos más fuertes que me podían dar, y me separaron de mi bebé por dos noches. Estaba destrozada.
¿Cómo tratar una mastitis?
En cuanto aparezcan los primeros signos de alerta, mucho pecho. Debes poner el bebé a mamar lo máximo posible, siempre que lo pida y si notas congestión, debes aumentar especialmente la frecuencia de las tomas ya que es la forma más eficaz de vaciado. La succión del bebé hace fluir la leche evitando que siga retenida y aumente la inflamación, a la vez que alivia el dolor.
También es efectivo aplicar calor seco sobre el pecho y dar masajes (puede hacerse bajo la ducha o durante un baño caliente). Realizar la presión inversa suavizante (PIS) es una maniobra muy sencilla que consiste en realizar una suave presión desde la mama hacia el pezón (puedes ayudarte con los nudillos, mi madre me recomendaba hacerlo con un peine).
Al notar los síntomas debes acudir al médico ya que una mastitis mal tratada puede agravar aún más el problema comprometiendo la continuación de la lactancia materna.
Muchas mastitis se pueden solucionar solo con probióticos, sin necesidad de antibióticos, o para complementar al tratamiento con antibióticos, puesto que al ser microorganismos vivos contribuyen a reducir los mecanismos que producen la inflamación.
Aunque no suele hacerse y lo frecuente es dar un antibiótico de amplio espectro, el método correcto de tratamiento para una infección es tomar una muestra de leche materna y analizarla para determinar qué bacterias están produciendo la infección y recetar el antibiótico más adecuado.
Vía | WomansDay
Fotos | @mamaclog (Instagram)
En Bebés y más | Cómo aliviar y prevenir la mastitis cuando esta empieza a aparecer (mi experiencia)