Hipogalactia verdadera o primaria: ¿en qué casos puede no producirse suficiente leche materna?

Hipogalactia verdadera o primaria: ¿en qué casos puede no producirse suficiente leche materna?
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La mayoría de las madres experimentan, en algún momento de su embarazo o lactancia, un temor a no ser capaces de producir leche o a producir poca. En muchas culturas existen incluso rituales (descanso de la madre, alimentación, medicamentos, infusiones) a fin de garantizar una lactancia exitosa.

Pese a lo frecuente de estos temores, lo habitual es que la madre sea perfectamente capaz de amamantar a sus bebés. Es más, en el caso de tener gemelos, también sería capaz de amamantar a los dos; o en el caso de lactancia en tándem, en la que se amamanta al recién nacido y a un hermano mayor.

Sin embargo, sí existen algunas situaciones en las que las madres no son capaces de producir la leche suficiente para amamantar a su bebé en exclusiva, que es lo que se conoce como hipogalactia.

La hipogalactia es la incapacidad de una madre para producir suficiente leche materna para cubrir las necesidades nutricionales de su bebé de manera exclusiva.

Hipogalactia verdadera o primaria e hipogalactia secundaria

Podemos encontrar diferentes clasificaciones de hipogalactia; a mí me gusta hablar de hipogalactia primaria o verdadera e hipogalactia secundaria. En ambos casos existe una baja producción de leche pero el origen es diferente.

hipogalactia
  • En la hipogalactia primaria, la madre no es capaz de producir leche, por diferentes causas que veremos a continuación. Afortunadamente esto es muy poco frecuente.

  • La hipogalactia secundaria, en cambio, es mucho más habitual y por fortuna, puede revertirse. Aquí encontramos bebés que no son capaces de realizar una buena extracción de leche materna (bebés con frenillo, mal enganche...) permaneciendo el pecho medio lleno y disminuyendo por ello el estímulo para producir más.

Nos encontramos también aquí con lactancias mal enfocadas, con horarios rígidos en vez de a demanda, saltándose alguna toma o en las que hay separación prolongada de la madre. En este caso puede corregirse cuando solucionemos el problema inicial. Podemos aumentar también (o además) la producción de leche materna mediante extracción manual o con sacaleches o realizando extracción poderosa.

Mujeres con hipoplasia mamaria y lactancia materna

Hace tiempo que desmitificamos la creencia de que los pechos pequeños no servían para amamantar: en la lactancia materna el tamaño no importa.

Sin embargo, hay una condición especial: la hipoplasia mamaria. En este caso los pechos son pequeños por tener escasa cantidad de glándula mamaria (a diferencia de las mamas formadas con normalidad pero pequeñas por tener poca cantidad de tejido graso).

Puede deberse a un desarrollo anómalo, ya durante la etapa embrionaria o bien a un estímulo hormonal insuficiente o a una respuesta inadecuada del pecho a esos estímulos. Al llegar la pubertad las mamas comienzan a desarrollarse.

Por medio de estímulos hormonales el tejido mamario empieza a crecer y también el tejido graso que da forma al pecho. Durante el embarazo termina de desarrollarse y prepararse para la etapa de la lactancia. Los pechos hipoplásicos no son sinónimo de pechos pequeños, sino que tienen determinadas características:

  • tienen una forma característica tubular o de cono
  • suelen estar muy separados entre sí
  • la areola y el pezón resultan muy grandes en comparación a la mama
  • puede existir una importante asimetría entre ellos

Si se quiere dar el pecho y se tienen unas mamas hipoplásicas, lo primero es informarse y contar con ayuda especializada. Aunque la lactancia materna en estos casos puede ser difícil, he visto madres que han logrado una lactancia materna exclusiva, y muchas otras que han realizado una lactancia mixta muy feliz. Así que merece la pena intentarlo.

Mujeres con cirugía mamaria y lactancia materna

Las intervenciones del pecho pueden ocasionar problemas en la lactancia materna.

  • Aumento de pecho. En estos casos no suele haber problema si el abordaje sea inframamario (respetando la areola). Las prótesis en sí no contraindican la lactancia. A veces nos encontramos madres que se operaron porque sus pechos eran hipoplásicos, con poco tejido glandular mamario, y en este caso sí nos encontraremos con las dificultades expuestas en el apartado anterior.

  • Reducción mamaria. Con mucha frecuencia las madres que han sufrido una reducción mamaria tienen dificultades para lactar. El abordaje quirúrgico suele hacerse a través de la areola, seccionándose conductos y nervios. Así, por un lado, los nervios no pueden trasladar el estímulo para producir leche cuando el bebé succiona; por otro, la leche no puede salir (aunque algunos conductos son capaces de buscar de nuevo salida no suele ser suficiente). En estos casos conviene conocer las limitaciones, buscar ayuda especializada y hacer un seguimiento estrecho del bebé.

  • Tras una cirugía conservadora y radioterapia por un cáncer de mama, la lactancia materna es posible con el pecho sano y a veces también con el afectado.

Alteraciones hormonales

  • Alteraciones de hormonas tiroideas no tratadas, especialmente el hipotiroidismo, podría originar una baja producción de leche. Por ello, es importante seguir los controles del embarazo y postparto. La medicación es compatible con la lactancia. Además, el yodo es fundamental durante el embarazo y la lactancia; durante la lactancia, las necesidades de yodo aumentan hasta 250-30 0microgramos al día por lo que es recomendable que la madre tome suplementos.

  • El síndrome de ovario poliquístico (SOP), que padecen hasta un 15% de las mujeres, podría conllevar un retraso en la lactogénesis (producción de la leche). Sin embargo, tener SOP no es sinónimo de baja producción de leche. Muchas mujeres no tienen ninguna dificultad para amamantar y hasta un pequeño porcentaje de casos tienen hiperproducción (hipogalactia).

Medicación y producción de leche materna

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Hay ciertos medicamentos que pueden interferir con la producción de leche como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (un tipo de antidepresivo) o agonistas de la dopamina (como la bromocriptina).

Los inhibidores de la prolactina (como la carbegolina), se administran a las mujeres que no desean dar el pecho tras el parto para inhibir la lactancia. Los anticonceptivos orales que contienen estrógenos también afectan a la producción de leche por lo que se desaconsejan especialmente durante los primeros seis meses tras el parto.

Existen otros anticonceptivos orales que tienen menor efecto sobre la producción de leche. Para consultar la compatibilidad de los medicamentos con la lactancia materna os recomiendo la web e-lactancia.

Alimentación y producción de leche materna

La creencia de que ciertos alimentos aumentan la producción de leche y otros la disminuyen no tiene base científica. En nuestro medio, la falta de alimento no es causa de hipogalactia. Sólo desnutriciones severas pueden llegar a afectar a la cantidad de leche.

Sin embargo, mujeres que hayan sufrido trastornos alimentarios en la adolescencia, ocasionando esto falta de menstruación durante meses o años, podrían ver afectada su producción de leche al no haber tenido un desarrollo mamario completo (ya que con cada menstruación el pecho sufre cambios).

Por otro lado, las mujeres con obesidad, especialmente si asocian resistencia a la insulina, pueden tener un retraso en la lactogénesis, de igual manera que sucedería en las que sufren diabetes. En estos últimos casos la hipogalactia suele ser temporal.

Otras posibles causas de hipogalactia

Incluiríamos en este grupo la retención placentaria (que impide que se desencadene la subida de la leche y sólo extraeremos calostro) o el síndrome de Sheehan (una hemorragia severa que puede afectar a la hipófisis, órgano cerebral que controla las hormonas implicadas en la producción de leche).

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