Llega el invierno e inevitablemente empiezan a aumentar los contagios de enfermedades infecciosas entre los más pequeños. Tras la pandemia, han regresado con fuerza los virus respiratorios como la gripe o el virus respiratorio sincitial, principal causa de bornquiolitis, que se contagian muy fácilmente entre los niños pequeños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Asociación Española de Pediatría (AEPED) recomiendan que la alimentación de los recién nacidos sea a base de leche materna durante los seis primeros meses de vida y complementada con sólidos a partir de esa etapa.
Entre otros tantos beneficios, se ha comprobado que la leche materna previene la incidencia de infecciones respiratorias, como el virus sincitial respiratorio; principal causa de la bronquiolitis y de hospitalización en el primer año de vida.
La leche materna reduce en un 57% la incidencia de enfermedades respiratorias
“La evidencia científica demuestra que la lactancia materna reduce el riesgo de hospitalización de recién nacidos por infección respiratoria en un 57%, sin cambiar este efecto protector con la edad”, explica la Dra. Pilar Bas, neonatóloga de la unidad materno infantil de Vithas Las Palmas.
De hecho, de acuerdo con varios estudios, la severidad de la bronquiolitis, esto es, la estancia de una posible hospitalización, así como el requerimiento de oxígeno, se reduce hasta un 74% en aquellos recién nacidos que han sido amamantados con leche materna exclusivamente durante cuatro meses, en comparación con los bebés que no recibieron sólo fueron parcialmente amamantados o no mediante este método.
Esto se debe a que la lactancia materna “reduce los niveles del microbiota causante de diferentes enfermedades respiratorias infecciosas; pues tiene un impacto profundo en la composición microbiana de la vía respiratoria superior del niño”, tal y como como señala la Dra. Pilar Bas.
Infecciones en las vías respiratorias tan habituales en los bebés como la gripe o el virus respiratorio sincitial, causa común de bronquiolitis y neumonías son muy frecuentes en bebés y niños pequeños, ya que se contagian con gran facilidad.
Por tanto, una razón más para elegir la lactancia materna es proteger al bebé frente a enfermedades respiratorias que pueden llegar a complicarse de forma grave, sobre todo en bebés prematuros o lactantes en su primer año de vida.