Britt Kolb es madre de dos niños, "uno en sus brazos y otro en el cielo", como dice ella, con un una historia detrás triste y bonita a la vez. Meses después de que su hijo mayor cumpliera un año, se enteró que estaba embarazada de otro niño y fue una gran noticia para la familia.
Pero las malas noticias llegaron cuando le realizaron una ecografía en la semana 18, cuando los médicos detectaron una hernia diafragmática congénita que requeriría cirugía tras el nacimiento y permanecer en la UCI durante dos o tres meses. La supervivencia en estos casos es del 50 por ciento, y la insuficiencia respiratoria es la principal causa de muerte.
Siguieron adelante con el embarazo con la actitud más positiva posible. "Sabíamos que teníamos que ser fuertes por nuestro bebé, que estaría luchando por su vida", comenta Britt en Love what matters.
El 16 de abril de 2020 llegó al mundo Elias Drew, y apenas nació lo intubaron y sedaron, y fue ingresado en la UCI. Su situación fue empeorando con los días, hasta el punto de tener que conectarlo al soporte vital y más tarde sufrió daño cerebral debido a su bajo nivel de oxígeno.
Elías vivió sólo 21 días. Durante todo el tiempo que estuvo ingresado, su madre se extraía leche para tener una provisión para cuando su bebé pudiera ser alimentado con ella. Y cuando su bebé murió, sus pechos continuaron produciendo leche. Incluso junto al cuerpo de su bebé recién fallecido y con el gran dolor que sentía por su pérdida, se extrajo leche sabiendo que no sería para él.
"Por tener algo positivo de su muerte, lo haría de nuevo"
La madre se puso en contacto con una consultora de lactancia quien le dijo que "algunas mujeres optan por seguir extrayéndose leche y donarla en honor a su bebé". Le explicó que la leche materna donada puede salvar la vida de muchos bebés prematuros y enfermos en la UCIN que, por muchas razones diferentes, no pueden obtenerla de sus propias madres.
Inmediatamente pensó en todas las botellas y bolsas de leche que durante semanas había almacenado en el congelador de la UCIN. "Ahora se me presentó la oportunidad de dárselo a otros bebés enfermos que lo necesitaran", pensó la madre.
En su perfil de Instagram compartió esta preciosa foto en la que posa junto a las casi 600 onzas (más de 17 litros de leche) que se extrajo para su bebé pero que nunca llegó a tomar. En cambio, otros bebés que la necesiten se beneficiarán de ella.
Junto a la foto escribió el mensaje:
"Su vida fue corta, pero no sin impacto .❤️ Ayer, toda la leche que le había extraído a Elías fue donada para ayudar a otros bebés de la UCIN que la necesitan. Cuando acepté donar por primera vez, pensé que simplemente dejaría algunas bolsas en una ranura de correo en el hospital y terminaría ... nop. Convertirse en donante es todo un proceso con análisis de sangre, varias pruebas de detección, etc. -pero para tener la oportunidad de tener algo positivo de su muerte, lo haría de nuevo y más en un santiamén".
Fotos | Britt Kolb (Reproducidas con autorización)
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