Las tasas de lactancia de Nueva York son más bajas que la media del resto de los Estados Unidos, por eso las autoridades han decidido actuar. Si ya no se permitía entregar leche de fórmula en las cestas de regalo en las maternidades, ahora se han propuesto promocionar una de las prácticas más sencillas y efectivas a la hora de establecer una lactancia feliz: el contacto del bebé piel con piel con la madre nada más nacer.
Y es que este gesto se ha convertido en uno de los más eficaces para que el bebé, inmediatamente tras el parto, sin prisas por lavar al bebé ni por separarlo de su madre sin motivo, inicie la lactancia materna, regule su temperatura, sienta y huela a mamá... y en definitiva se encuentre un entorno lo más acogedor posible al nacer.
El Estado de Nueva York va a poner en marcha esta medida que afectará a los bebés que nazcan a partir de enero de 2017 en sus hospitales. De este modo se pretende incrementar las cifras de apenas un 44% de madres que dan pecho a sus bebés durante los seis primeros meses (frente al 70% de media en el país).
Se insta a los hospitales a que los recién nacidos sean entregados a sus madres para iniciar inmediatamente el contacto piel a piel, en lugar de hacer el breve examen médico en primer lugar. Por supuesto, en el caso de producirse cualquier complicación esta tendrá prioridad. Pero si todo va bien, la idea es que el contacto piel con piel ayude a crear un vínculo que en última instancia podría ayudar a que la lactancia materna resulte más fácil tanto para la madre y el bebé, junto a otros muchos beneficios, incluso a largo plazo.
Por qué importa tanto el contacto piel con piel
El bebé en contacto con el abdomen o el pecho de la madre busca instintivamente el pezón y se inicia el reflejo de succión en el momento más indicado, justo tras el parto, para que se activen todas las hormonas de producción de leche. Si en ese tiempo inicial se produce el agarre al pecho, lo primero que recibirá el bebé será el calostro, que le proporciona al recién nacido todo lo que necesita.
Y es que la lactancia materna es lo mejor para el bebé durante los seis primeros meses de manera exclusiva y durante los dos primeros años de vida, como mínimo, acompañando a la alimentación complementaria. Así lo recomienda la OMS. La leche materna contribuye al correcto desarrollo del niño, protegiéndolo de enfermedades y estableciendo un vínculo especial con mamá. Los beneficios son innumerables. Incluso, salva vidas en determinadas situaciones.
Por ejemplo, según datos de Unicef, alrededor de 77 millones de recién nacidos no reciben leche materna en la primera hora que transcurre después de su nacimiento, y esto les priva de los nutrientes, los anticuerpos y el contacto con la piel de sus madres que son esenciales para protegerlos de las enfermedades y de la muerte. En determinados contextos, en los países en vías de desarrollo, retrasar la lactancia materna incrementa el riesgo de mortalidad de los recién nacidos hasta un 80%.
En Nueva York el riesgo de mortalidad no es significativo, pero con estas medidas se quieren acercar a los hospitales que trabajan para llevar a cabo las buenas prácticas de la Iniciativa "Hospital Amigo de los Niños" de la OMS-UNICEF. Estos deben adoptar una normativa de lactancia que abarque los Diez Pasos hacia una lactancia materna feliz, donde se incluye el de "Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante la media hora siguiente al parto" y es que es vital el contacto precoz entre la madre y el recién nacido.
Recordemos que incluso en algunos centros permiten el contacto piel con piel tras una cesárea, siguiendo las recomendaciones de no separar a la madre y al bebé, aunque esta práctica no es la más extendida. También, en caso de no poder la madre, se recomienda hacer piel con piel padre-bebé ya que, como hemos dicho, ese contacto inicial tiene grandes beneficios para el desarrollo del bebé.
Por supuesto, para que esta medida tenga efectividad son necesarios profesionales bien formados que informen a los padres de los beneficios de la lactancia materna y del contacto piel con piel, algo que también se pretende asegurar con la nueva normativa. Por suerte, cada vez son más los profesionales al tanto de estas buenas prácticas y cada vez se va separando menos a las madres de los recién nacidos y se las va ayudando más y mejor cuando existen dificultades en la lactancia.
De modo que, aunque aún queda mucho camino por hacer, se van viendo avances en este sentido y nos alegra que en un estado como Nueva York se intente dar la importancia que se merece al contacto piel con piel y a la lactancia materna con medidas que la favorecen y que se verán reflejadas en niños más sanos y madres más felices.
Fotos | iStock
Vía | WGRZ
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