Si ya el papel de los pediatras es importante durante el parto y postparto inmediato (en la actualidad, más que durante el embarazo, ya que las visitas prenatales al pediatra no suelen suceder), más si cabe lo será durante los primeros días de vida del bebé.
En esos primeros días en la maternidad el contacto entre madre y bebé ya se ha establecido, el momento del parto (donde difícilmente estamos dispuestas a plantear dudas o sugerencias) ya ha pasado y la visita del pediatra se produce en un entorno más relajado.
El Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomienda promover y apoyar la lactancia materna en el documento titulado “Cómo promover y apoyar la lactancia materna en la práctica pediátrica”.
En el apartado dedicado a los primeros días tras el parto, éstas son las recomendaciones que, de ser seguidas, favorecerían el establecimiento exitoso de la lactancia:
- Durante los primeros días de vida es importante animar a la madre a ofrecer el pecho con mucha frecuencia, entre 8 y 12 veces al día y siempre que el bebé muestre signos de hambre (chupeteo, bostezo, movimientos de búsqueda o de las manos a la boca) sin esperar a que llore desesperadamente (el llanto excesivo es un signo tardío de hambre). Se animará a la madre a mantener a su hijo al pecho todo el tiempo que desee.
- Es mejor ofrecer ambos pechos en cada toma, permitiendo al lactante tomar del primer pecho durante el tiempo que desee y ofreciendo el segundo después, también tanto tiempo como desee, pero no obligándole. Se instruirá a las madres para alternar el orden de los pechos en las tomas.
- Durante las primeras semanas de vida, los lactantes que no piden con frecuencia deben ser estimulados y despertados para ofrecerles el pecho al menos cada 4 horas.
- Todos los lactantes amamantados deben recibir una dosis intramuscular de 1 miligramo de vitamina K en las primeras 6 horas tras el nacimiento y después de haber realizado la primera toma de pecho.
- En la maternidad no es aconsejable ofrecer al recién nacido alimentado al pecho suplementos de suero, agua o sucedáneos salvo en casos de estricta indicación médica y en este caso es preferible administrarlos con vaso, cuchara, jeringa o suplementador, evitando el uso de chupetes o tetinas. Éstas no se deben facilitar al recién nacido amamantado. Es importante desaconsejar su uso y explicar a padres y familiares la interferencia que pueden ocasionar en el establecimiento de la lactancia.
- Los registros hospitalarios pueden ser utilizados por el pediatra para el control de la cantidad y forma de administración de los suplementos en el caso de indicación médica.
- El llanto excesivo en el neonato amamantado puede indicar problemas con la lactancia que necesitan ser evaluados y corregidos. Es aconsejable explicar a la madre y sus familiares la función de la succión no nutritiva para aliviar la ansiedad que causa el llanto del bebé.
- Es fundamental que el neonato permanezca durante las 24 horas con su madre en la misma habitación, y los controles de peso, exploraciones físicas y analíticas necesarios pueden realizarse allí mismo, en presencia de sus padres.
- Es aconsejable realizar la evaluación de, al menos, dos tomas de pecho cada 24 horas, para detectar precozmente problemas de agarre o de succión. Los problemas detectados pueden ser así resueltos precozmente por el pediatra u otros profesionales expertos en lactancia. Es útil que las observaciones de la toma, los problemas detectados y cómo han sido resueltos o las instrucciones para su seguimiento queden adecuadamente documentadas en la historia clínica, así como el número de tomas de pecho, de micciones y de deposiciones.
- Antes del alta hospitalaria es aconsejable que el pediatra constate que el lactante succiona eficazmente del pecho y que los padres conocen la forma de despertarle, reconocen los signos de hambre sin esperar al llanto y conocen la técnica del amamantamiento a demanda.
- Es importante permitir y fomentar el acceso a las maternidades de madres expertas en lactancia, pertenecientes a grupos de apoyo locales y ofrecer a las madres la posibilidad de utilizar este apoyo. En el informe de alta se puede añadir la forma de contactar con algún grupo de apoyo local.
- Antes del alta es conveniente que el pediatra compruebe que la madre conoce la técnica de extracción manual de leche y el uso de sacaleches.
- Es importante que el pediatra se asegure de que no se entregan a la madre ni a las familias paquetes comerciales cuyo contenido pueda interferir con la lactancia: chupetes, tetinas, botellines de agua mineral, revistas con publicidad de casas de leche y cupones diversos para recibir publicidad de los mismos en el domicilio. Además, cumpliendo el código de comercialización de sucedáneos de leche materna y la ley española vigente, las compañías fabricantes de sucedáneos no deben realizar publicidad directa o indirecta en el centro de trabajo (mediante folletos, calendarios, carteles, bloques de hojitas, bolígrafos) o entregar muestras o regalos al pediatra o al personal que trabaja con las madres, ni éstos aceptarlos.
Como vemos, todas son buenas prácticas para los primeros días de vida del bebé y el correcto establecimiento de la lactancia materna.
Unas recomendaciones que, aunque ya ponen en práctica muchos profesionales, ojalá se extiendan gracias a la preparación e implicación de muchos más pediatras, como los que redactan estas bases, junto a matronas, enfermeras y el resto de personal médico que está junto a las madres en estos momentos cruciales.
Vía | Aeped
Fotos | gregoryjameswalsh y southerntabitha en Flickr-CC
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