Por qué usar el sacaleches para saber cuánta leche se produce no tiene ningún sentido

Por qué usar el sacaleches para saber cuánta leche se produce no tiene ningún sentido
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Una de las mayores preocupaciones de las mujeres que amamantan a sus bebés es la de la cantidad de alimento que toman: "¿Comerá suficiente?", "¿No estaré produciendo poco?", "¡A ver si por mi culpa a mi hijo le va a faltar alimento!". Y es que las mujeres se desvivirían por sus hijos y la sombra de la culpa planea constantemente sobre sus cabezas, sintiéndose fatal solo con la sospecha de que podrían estar generando algún problema.

En el anhelo de dar respuesta a la pregunta, para tranquilizarse, optan por buscar el modo de saberlo: "ya sé, me sacaré leche hasta que deje de salir y así sabré cuánto está tomando". O lo que es peor, una vez explicada la duda a un médico, te dirá que lo hagas: "pues señora, si tiene dudas acerca de la cantidad de leche que produce, no tiene más que verificarlo con un sacaleches".

Y sin embargo es un error garrafal y la primera piedra de un castillo llamado "Lactancia fracasada": ¿por qué usar el sacaleches para saber cuánta leche se produce no tiene ningún sentido?

Porque un sacaleches no es fiable

Sacarse la leche con un sacaleches es un acto que puede llegar a requerir un poco (o un mucho) de práctica. Son muchas las mujeres que me he encontrado en la consulta diciéndome que su hijo no comía lo suficiente porque con el sacaleches apenas se sacaba 10 ó 20 ml. Y la pareja insistiendo en que ya tenían que haber dado biberón viendo eso, porque su mujer "no fabrica leche suficiente".

Sin embargo, basta con poner al niño en la báscula para conocer la realidad: si gana peso bien, es imposible que está comiendo solo 10 ó 20 ml. por toma, así que algo no cuadra. ¿El qué? Pues eso, que hay mujeres que enseguida sacan un montón y hay otras que no, porque un sacaleches no es igual a la boca de un bebé, y porque a veces no se hace del todo bien y se empieza con demasiada fuerza de succión o la copa que se utiliza no es del diámetro adecuado (además, es un arte... tienes que cogerle el truco).

Vamos, que no tiene sentido sacarse cuatro gotas y pensar que eso es lo que el bebé está comiendo, y menos si el peso está bien.

Cuando brota por la oxitocina, y cuando no

Pero eso no es todo: en la lactancia sucede algo que a la hora de extraerse leche no sucede tanto. Dar el pecho es un acto de cariño, de responsabilidad, de cuidado, y cuando una madre coge a su bebé para amamantarlo, solo por el cariño que le tiene, empieza a segregar oxitocina. La oxitocina es la hormona del amor, la que se segrega cuando estamos en buena compañía, cuando nos enamoramos, cuando hacemos el amor... y también cuando se amamanta a un bebé.

Curiosamente (o quizás no es tan curioso, sino completamente lógico), la oxitocina es la hormona que se encarga de la eyección de la leche. Cuando el bebé succiona el pecho la oxitocina activa la salida de la leche, que será mayor en tanto la madre segregue más oxitocina. Si el momento es bonito, de cariño, de amor, saldrá más leche que si el momento es frío, mecánico y sin todo el componente emocional, como puede ser ponerse un sacaleches en el pecho y darle al "ON".

Por eso a muchas mujeres, cuando tienen que sacarse leche para dejarle a su bebé porque ya empiezan a trabajar se les recomienda que lo hagan mientras su bebé mama del otro pecho, o si el bebé no está, que lo hagan mirando alguna foto de su bebé, o pensando en él. Para que la oxitocina ayude y se produzca más leche.

Vamos, que recomendar usar el sacaleches para saber cuánta leche sale es como recomendar cuidar de un muñeco para saber qué es tener un bebé.

Y entonces, ¿cómo saberlo?

Por el peso. También por la orina y las cacas, aunque sobre todo por el peso. Lo de la orina es difícil de saber, porque incluso los bebés que comen poco orinan. Lo de las cacas sí es una pista. Si no hace caca abundante, al menos una o dos al día y todo son "pedetes", podría estar comiendo poco. Pero lo más importante, lo que lo dice todo, es el peso. Un bebé recién nacido tiene que ganar unos 120 a 150 gramos cada semana. No pasa nada si gana más, de hecho suele suceder así, pero si gana menos, puede estar comiendo menos de lo necesario, y entonces hay que averiguar el porqué.

Puede ser un mal agarre, puede ser un problema de producción o puede ser alguna infección del bebé, que le haga quemar calorías a pesar de estar comiendo muy bien.

Foto | iStock
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