Todos debemos cuidar siempre nuestra alimentación, pero hay etapas como el embarazo o la lactancia, donde se hace más necesario si cabe llevar una dieta saludable, especialmente en épocas de tanto calor.
La leche materna es el mejor alimento que puedes darle a tu bebé, y aunque está comprobado que todas las mujeres tienen una leche buena y nutritiva para sus hijos, la dieta de la madre influye en la calidad de su leche y en el contenido de micronutrientes. ¡Te lo explicamos con detalle!
Micronutrientes más destacados en la leche materna
El tipo de vitaminas y minerales que contiene la la leche materna son muy variados, y van desde sustancias como cobre, fluoruro, yodo o selenio, hasta vitaminas como A, C, D, E y K y vitaminas del grupo B.
Todos estos micronutrientes son indispensables para el buen funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo humano, desde el funcionamiento del cerebro hasta el crecimiento de los huesos.
A continuación, analizamos con detalle algunos de los micronutrientes más destacados presentes en la leche materna y lo que aportan al bebé:
Vitamina A es importante para la vista y el crecimiento de los huesos. Protege al bebé de infecciones y favorece el crecimiento y la salud de las células.
Vitamina C ayuda a crear y a reforzar los glóbulos rojos, los huesos y los tejidos; fortalece el sistema inmunitario y previene infecciones.
Vitamina D contribuye a que el cuerpo absorba minerales como el calcio y fortalece los dientes, los huesos y el sistema inmunitario.
Según los expertos, los bebés en periodo de lactancia deben ingerir 400 UI de vitamina D cada día, y una parte de ello lo obtendrán a través de la leche materna (el resto a través de sumplemento y de exposición al sol).
Vitamina E minimiza la producción de radicales libres que dañan las células. Fortalece el sistema inmunitario, la reparación del ADN y los procesos metabólicos.
El hierro ayuda a la producción de glóbulos por parte del bebé. La concentración de hierro en la leche materna es baja, pero suele ser suficiente para satisfacer las necesidades del recién nacido, incluso aunque la madre presente niveles bajos.
Por este motivo, no es necesario complementar la leche materna con suplementos de hierro para el bebé, si bien se recomienda introducir alimentos ricos en hierro cuando el bebé comience a tomar alimentación complementaria.
Magnesio ayuda a mantener los huesos fuertes y a regular el ritmo cardiaco. Además, favorece el sistema inmunitario y el buen funcionamiento de los nervios y los músculos.
Potasio: ayuda al equilibrio de agua en el cuerpo, importante para el mantenimiento de la presión sanguínea, junto al sodio. El potasio también favorece el funcionamiento de los músculos y al ritmo del corazón.
Zinc: es necesario para más de 70 enzimas que ayudan con la digestión y el metabolismo. También es esencial para el crecimiento.
Yodo: es un mineral muy importante para el organismo, y esencial para el correcto funcionamiento de las hormonas tiroideas. Durante la lactancia adquiere aún más relevancia porque el yodo que reciba el bebé a través de la leche materna es dependiente de la cantidad que reciba la madre.
Dieta materna y multivitamínicos
Como comentábamos al inicio, aunque es importante velar siempre por nuestra alimentación, hay dos momentos muy importantes en la vida de la mujer en donde debemos poner más esfuerzo, si cabe, en cuidar nuestra dieta: el embarazo y la lactancia.
En general, y salvo que el médico nos indique lo contrario, los suplementos vitamínicos durante la lactancia no son necesarios, siempre y cuando llevemos una alimentación correcta y variada.
Sin embargo, en el caso del yodo debemos hacer una excepción, pues aunque la OMS considera que España no es un país de riesgo de déficit de yodo, en la práctica se ha visto que hay muchos niños con niveles bajos, y esto afecta a su desarrollo psicomotor e intelectual.
Por esta razón, en base a los estudios disponibles, se recomienda que las mujeres tomen un suplemento de yodo durante toda la lactancia. El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría establece que dicha suplementación sería de este modo:
"Las necesidades de yodo en la mujer lactante se estiman en 250-300 µg /día. Dado que el consumo de sal puede estar reducido en ese período (la sal yodada es la fuente de yodo recomendada para todo el mundo), se aconseja un suplemento de 200 µg de yodo al día en forma de yoduro potásico, durante el periodo de lactancia, tanto si se lacta a un solo niño como si se trata de gemelos o hermanos (lactancia en tándem)".
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Vía | Medela
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