Hemos hablado ya en Bebés y más de los cuentos de “La Bella Durmiente” y de “La Cenicienta” y os hemos explicado cómo han ido cambiando con el tiempo hasta nuestros días.
Otro de los cuentos que también ha cambiado bastante con el tiempo, hasta el punto de perder parte de su significado o de su intencionalidad, para hacerse más infantil y digerible, es el de Caperucita Roja, quizás el cuento más conocido que existe.
En las versiones más tempranas el objetivo del cuento era aleccionar a las chicas jóvenes para que tuvieran el máximo respeto (casi miedo) por la sexualidad, para que no se relacionaran con personas desconocidas y para que supieran cuáles eran las graves consecuencias si esto ocurría.
La primera versión escrita es de Perrault
Se dice que se trata de un cuento que existe desde la Edad Media que fue pasando de boca a boca hasta que Perrault lo plasmó en papel en 1697.
En esa versión Caperucita Roja y la abuela son devoradas. El lobo, tras haberse comido a la abuela, mantiene con la niña uno de los diálogos más conocidos dentro de un cuento, que no es otro que el “abuelita, qué orejas tan grandes tienes…” y al final, con el “para comerte mejor”, simplemente se la come.
A partir de ese cuento aparecieron diferentes versiones, algunas aún más macabras y otras más suavecitas, como una que apareció en Reino Unido allá por 1840, en la que se introducía la figura del padre de la niña que, junto a otros leñadores y tras oír los gritos de Caperucita Roja, dan muerte al lobo.
En esa misma época, en Francia, una avispa aparece cuando el lobo está a punto de comerse a la niña y le pica en el hocico. El dolor le hace salir de la casa gritando, con tan mala suerte que aparece un cazador que lo mata al dispararle una flecha.
A finales del siglo XIX, también en Inglaterra, se puede leer la que probablemente es la versión más siniestra, ya que el lobo invita a Caperucita a comerse la carne y la sangre de su abuela.
Los hermanos Grimm, por su parte, decidieron salvar no sólo a Caperucita sino también a la abuela. Por eso escribieron un final en el que el lobo, tras comerse a la abuela y a Caperucita Roja se queda dormido roncando. Sus ronquidos son tan fuertes que un cazador se acerca a la casa, donde enseguida se da cuenta de lo que ha pasado y le abre el abdomen al lobo, salvando a la niña y a la abuela.
El significado de Caperucita Roja
El significado real de Caperucita Roja es el siguiente (según se dice/se comenta y según yo lo interpreto):
Caperucita Roja es una niña que deja atrás la infancia para pasar a ser mujer con la llegada de su primera menstruación, representada por la caperuza roja de la niña.
La niña es alentada por su madre a ir a visitar a su abuela, especificándole que debe ir por un camino concreto, y nunca coger otro, pues allí podría encontrar personas desconocidas y malvadas. El camino concreto sería algo así como la manera de vivir que los padres consideran adecuada para sus hijos, la buena educación, siendo el camino incorrecto aquel en que una chica desobedece queriendo explorar lo desconocido, incluido el sexo, antes de estar preparada para ello.
En ese camino desconocido existen personas malvadas, como el lobo, que con diversas tretas intenta conseguir su objetivo. El lobo representa la figura del adulto pederasta que trata de convencer a las niñas aún vírgenes para que accedan a estar con él, o que directamente las engaña para conseguirlo.
La abuela no es más que un mero personaje secundario, que no está ahí más que para ser devorada (por eso moría en prácticamente todas las versiones hasta que a los Grimm les dio pena).
El lobo acaba por trazar su plan y Caperucita acaba cayendo en él, siendo finalmente comida (violada) por el lobo.
Moraleja: haz caso a tus padres, ya tendrás tiempo de conocer los caminos de la sexualidad y no te fíes de desconocidos que parecen venderte un mundo idílico cuando lo único que quieren es poseerte.
Pero en la actualidad
A todo el mundo le disgusta que el personaje muera… nadie quiere que Caperucita Roja lo pase mal, ni que la abuela, santa inocente, acabe en la barriga de un lobo. Por eso en la actualidad ya nadie cuenta la historia así. Ahora nadie muere. De hecho, ya no muere ni el lobo, que se asusta cuando ve al leñador (que aparece al oír gritos) y sale corriendo.
Las versiones actuales son más dulces y menos trágicas y por eso pueden ser contadas también a los niños. La moraleja no es la misma. Ya no hay sexo, no hay menstruación ni lugares prohibidos y ni siquiera pederastas. Ahora sólo queda un lobo desconocido, mentiroso y hambriento, que trata simplemente de comerse a la niña, porque a la abuela (carne ya pasada, supongo), la esconde en un armario.
Ahora el mensaje es, simplemente: no te fíes de los desconocidos, que no es poco, pero no es lo mismo.
Fotos | Mr-bigman, Brooklyn en Flickr
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