Hablar de abuso sexual e infancia es una combinación que me pone los pelos de punta. Pero lamentablemente es una realidad que está ahí y como padres debemos darles herramientas a nuestros hijos para protegerse de la violencia sexual.
'La regla de Kiko' precisamente sirve para eso. Es una guía para padres y cuidadores de niños de entre 3 y 7 años elaborada por el Consejo de Europa para proteger a los niños contra el abuso sexual.
La guía se estructura en cinco consejos básicos que mencionamos brevemente a continuación, pero podéis acceder a la página oficial (ver enlace abajo) para aprenderlos en detalle.
1. Tu cuerpo es tuyo
Debemos enseñar a los niños que su cuerpo les pertenece y que nadie puede tocarles sin su permiso.
Los niños tienen derecho a no querer que les den un beso o les toquen, incluso cuando se trata de una persona a la que quieren.
Se debe enseñar a los niños a decir “No”, de forma inmediata y firme, a un contacto físico inapropiado, a alejarse de situaciones no seguras y a contar sus vivencias a un adulto de confianza.
2. Buena forma de tocar, mala forma de tocar
Debemos decir a los niños y niñas que no está bien que alguien mire o toque sus partes privadas o que les pidan que miren o toquen las partes privadas de otra persona.
"La Regla de Kiko” les ayuda a reconocer un límite evidente y fácil de recordar: la ropa interior.
3. Secretos buenos, secretos malos
Los secretos son una táctica primordial de las personas que cometen abusos sexuales. Por este motivo es importante enseñar a los niños la diferencia entre los secretos buenos y malos, y crear un clima de confianza.
Cada secreto que les preocupe, les haga sentir incómodos, les asuste o les ponga tristes no es bueno y no debería mantenerse; deberían contarlo a un adulto de confianza (padre, maestro, orientador, oficial de policía, médico, etc.).
4. La prevención y la protección son responsabilidades del adulto
Cuando los niños son objeto de abuso sienten vergüenza, se sienten culpables y tienen miedo.
Los adultos debemos evitar crear tabúes en torno a la sexualidad, para asegurarnos de que los niños sepan a quién dirigirse si están preocupados, nerviosos o tristes.
Los niños pueden percibir que algo no está bien pero puede que no sepan cómo explicarlo ni a quién contárselo.
Los niños deberían sentir en todo momento que pueden hablar con sus padres sobre este tema.
5. Conocer su red de seguridad
Se debe informar a los niños de los adultos que pueden formar parte de su red de seguridad.
Se les debería alentar a elegir a adultos en los que pueden confiar, que estén disponibles y dispuestos a escucharles y ayudarles.
Sólo un miembro de la red de seguridad debería vivir con el niño; el otro debería vivir fuera del círculo familiar inmediato. Los niños deberían saber cómo pedir ayuda a las personas que integran esta red de confianza.
Además de estos consejos para padres hay un libro llamado Kiko y la mano que se puede descargar de forma gratuita. Les enseña en lenguaje claro y cercano a decir "no" si alguien quiere tocarles dentro de su ropa interior.
Muy recomendable como herramienta para los padres. Es algo en lo que debemos educar sin generar miedos, pero volviéndolos conscientes de que no por ser adultos todas las personas son de confianza.
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