Así son los amigos que siempre buscan ser el centro de atención. Tienen personalidad histriónica

Así son los amigos que siempre buscan ser el centro de atención. Tienen personalidad histriónica
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Estás con tu grupo de amigos habitual, charlando tranquilamente, y siempre hay ese amigo o amiga que habla sin parar, al que 'todo le ha pasado', que siempre tiene cosas que contar (sobre todo, dramas) e incluso, que interrumpe para explicar algo suyo 'super interesantísimo' (además lo cuenta con pelos y señales, gesticulando sin parar, y a menudo pasando del drama a la risa en cuestión de segundos...). ¿Te suena?

Hablamos de la personalidad histriónica o trastorno de la personalidad histriónica, caracterizada, según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales), por un "patrón dominante de emotividad excesiva y de búsqueda de atención".

Desde fuera, las vemos como personas encantadoras, a menudo atractivas y que saben cómo captar la atención de todos los que están a su alrededor. Sin embargo, a pesar de esto (de que te puedas reír mucho con ellas, o que te fascine su energía), estar cerca suyo también puede ser agotador. Conoce más sobre esta personalidad y cómo lidiar con personas así (aunque las quieras).

¿Qué es una personalidad histriónica?

Las personas con rasgos histriónicos tienden a buscar la atención constantemente. La clave de esta personalidad es la necesidad de ser el centro de atención, casi en cualquier situación. Pueden ser tremendamente carismáticos, extrovertidos y divertidos, pero su interacción social suele tener como objetivo recibir validación externa de forma continua.

Este tipo de personalidad forma parte de los llamados trastornos de la personalidad del grupo B, conocidos por su emocionalidad intensa e impulsividad.

No obstante, no todas las personas que presentan rasgos histriónicos tienen un trastorno. Algunos simplemente muestran una inclinación hacia comportamientos que buscan el protagonismo, sin que eso sea necesariamente patológico. La línea entre lo típico y lo disfuncional puede ser muy fina.

Son una montaña rusa emocional

Una de las características más evidentes de las personas con rasgos histriónicos es su expresividad emocional. Un amigo con esta personalidad puede hacerte sentir como si estuvieras montado en una montaña rusa. Hoy puede estar eufórico, llenándote de anécdotas sobre su última aventura, pero mañana podría sentirse profundamente triste y buscar consuelo de forma dramática.

Este vaivén de emociones puede ser contagioso y, aunque al principio resulte 'emocionante', puede acabar resultando extenuante. El problema es que las personas histriónicas a menudo no tienen la misma capacidad para regular sus emociones que otras personas, y dependerán de ti para gestionar sus subidas y bajadas.

El centro del universo (o al menos de la conversación)

Imagina que estás en una cena de grupo, y cada vez que alguien intenta compartir algo, tu amigo histriónico lo interrumpe con una historia aún más grande y mejor. Estas personas suelen apropiarse de las conversaciones y dirigirlas hacia sí mismas.

En su mente, todo gira en torno a ellas, y su necesidad de aprobación las lleva a acaparar la atención. Un ejemplo clásico es cuando cuentan historias exageradas o modificadas para generar más impacto (a veces ni se dan cuenta de esto, o lo hacen de forma inconsciente).

Pero, quizás una simple caminata al parque se transforma en un épico encuentro con un perro peligroso que, por supuesto, acabaron "rescatando heroicamente". Esta tendencia a la exageración, aunque divertida a veces, puede cansar a quienes les rodean.

Suelen apropiarse de las conversaciones y dirigirlas hacia sí mismas. En su mente, todo gira en torno a ellas, y su necesidad de aprobación las lleva a acaparar la atención.

El drama y los conflictos, siempre presentes

Otro aspecto importante de los amigos con personalidad histriónica es su propensión al drama. Si bien no lo hacen de manera intencionada o maliciosa, tienden a crear conflictos donde no los hay, o a exagerar los que sí existen.

A menudo pueden interpretar situaciones neutrales como ataques personales o verse como víctimas en la mayoría de los escenarios. Por ejemplo, si no les contestas un mensaje de inmediato, podrían pensar que estás enfadado con ellos y reaccionar de manera desmesurada, en lugar de simplemente asumir que estabas ocupado.

Este tipo de reacciones puede generar una dinámica agotadora, donde sientes que tienes que gestionar sus emociones constantemente para evitar desencadenar un conflicto innecesario.

¿Cómo gestionar la relación con un amigo histriónico?

Si tienes un amigo con estas características, es probable que le quieras mucho, pero también es importante que pongas límites si así lo sientes. Los límites son imprescindibles para proteger tu bienestar emocional sin dañar la relación. Puedes disfrutar de su compañía sin necesidad de estar disponible todo el tiempo.

1) Pon límites y comunica tus necesidades

Por ejemplo, si tu amigo siempre te llama para desahogarse y te sientes abrumado, puedes decir: "Me encantaría escucharte, pero ahora mismo estoy un poco saturado. ¿Te parece si hablamos más tarde?". Con este mensaje les hacemos saber que no siempre estaremos disponibles, pero sin hacerles sentir que no nos importan.

2) Recuerda: no es tu responsabilidad regular sus emociones

Es importante también recordar que no siempre es tu responsabilidad regular sus emociones. Puedes apoyarlos, pero no cargues con todo el peso emocional de la relación. Fomenta su independencia emocional animándolos a que busquen otras formas de gestionar sus emociones, como la terapia o el desarrollo de hobbies que no dependan de la validación externa.

3) Preguntate, ¿qué necesitas?

Finalmente, es muy importante que conectes con lo que tú necesitas dentro de esa relación, con tus emociones, ya sea si te sientes abrumado, o si tienes necesidad de contar algo tú y que te escuchen, de desconectar, de estar solo.... (Cosas habituales con un amigo histriónico). Reconoce esa necesidad y defiéndela (ya sea comunicándola, poniendo los límites que mencionábamos, etc.).

4) ¿Qué te aporta esta amistad? Reflexiona

Y sobre todo, recuerda que tu amigo es como es, que no es tu responsabilidad cambiarlo (además que es imposible...), y céntrate en sus virtudes. Pregúntate: ¿qué me aporta esta amistad?

Acepta que esta es su forma de ser aunque a veces te agote, y ojo, recuerda que a veces la intensidad es tal que podemos plantearnos esa amistad (aunque cueste), y no pasa nada: lo que está claro es que nos debe 'compensar' emocionalmente ser amigos de esa persona. Una amistad jamás debe ser una fuente de estrés y malestar contínuos.

Foto | Portada (Freepik)

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