Menos casos de acoso escolar en 2017, aunque más graves y frecuentes: crece la concienciación ante esta terrible lacra

La Fundación ANAR acaba de hacer públicos los datos de su III Estudio sobre el acoso escolar y el ciberbulliyng según los afectados, realizado junto a la Fundación Mutua Madrileña, y basado en los testimonios y sentimientos de los chicos y chicas que padecen acoso escolar. Los datos continuan siendo alarmantes, pues aunque en 2017 bajaron notablemente el número de casos con respecto al año anterior, han subido en frecuencia y gravedad.

El acoso escolar es un tema muy serio que requiere de la implicación y colaboración de todos para erradicarlo. No cabe mirar hacia otro lado, porque para quienes lo sufren, las consecuencias pueden ser devastadoras, tanto fisica como psicológicamente.

Menos casos de acoso escolar y mayor concienciación...

El estudio arroja dos datos esperanzadores:

  • Por un lado, un descenso notable del número de casos registrados en 2017 con respecto al 2016. En concreto se atendieron en el teléfono de ANAR, 809 llamadas relacionadas con acoso escolar, que acabaron dando lugar a 590 casos. Estas cifras distan mucho de las registradas en 2016, cuando se contabilizaron 1.728 llamadas que dieron como resultado 1.207 casos.

  • Por otro lado, se ha apreciado una mayor concienciación social, así como una mayor implicación del profesorado y las administraciones públicas. Esto es debido a las múltiples campañas informativas y preventivas que se llevan realizando desde hace tiempo, y que poco a poco han ido calando en la conciencia de los ciudadanos en general, y de los alumnos en particular.

... pero episodios más frecuentes y graves

Sin embargo, y a pesar de que el número de casos parece haber descendido, se aprecia una precupante tendencia al alza en la gravedad de la violencia ejercida y la frecuencia de la misma, que ha llevado a un 13 por ciento de las víctimas a tener que cambiar de centro escolar debido al acoso que sufrían.

Para valorar la gravedad de la situación detectada, la Fundación ANAR ha estudiado de forma objetiva cómo se ve modificada o afectada la vida de la víctima, así como los daños emocionales y físicos que está sufriendo. Y en este sentido, se ha detectado que el 97 por ciento de las víctimas de acoso escolar sufren episodios de gravedad media y alta.

En cuanto al tipo de agresiones, las verbales, el asilamiento al que se somete a la víctima, y las agresiones físicas leves (empujones, zarandeos...) se incrementaron notablemente en 2017 con respecto a lo registrado en el año anterior. Y más o menos continúan dándose el mismo número de casos de agresiones físicas fuertes (patadas, golpes...), sexuales, difusión de rumores y robo o rotura de pertenencias.

Con respecto a la duración del acoso escolar, más de un 35 por ciento de las víctimas afirma que los episodios de violencia se han hecho más frecuentes, y en algo más de la mitad de los casos el acoso perdura más de un año y tiene una frecuencia diaria.

Además, se han duplicado los casos en los que el acoso es ejercido por prácticamente toda la clase (14,4%), aunque en la mayor parte de los casos (49,4%) la violencia la ejercen entre dos y cinco personas.

Uno de cada cuatro casos de acoso es ciberbullying

El ciberbullying supone el casi el 25 por ciento de los casos totales de acoso escolar, siendo los insultos y las amenazas su forma más común. Los datos obtenidos por ANAR revelan que el envío de WhatsApp a través del teléfono móvil es la forma más habitual de acoso.

El perfil tipo de víctima de ciberbullying no ha sufrido grandes variaciones con respecto a otros años, siendo las niñas con una media de edad de 13,5 años quienes más lo sufren. Por contra, el acoso escolar tiene una mayor incidencia entre los varones, y se suele dar entre alumnos con una media de edad de 10 años.

El papel del entorno

Como decíamos al inicio, el informe de ANAR pone de manifiesto que el entorno de la víctima es cada vez más conocedor de la realidad que sufre, y en lo que respecta a la actitud que toman los profesores, la valoración es mucho más positiva que en años anteriores.

Casi el 85 por ciento de los profesores conocen el bullying ejercido hacia alguno de sus alumnos, y en un 51 por ciento de los casos reaccionan de manera contundente, hablando con el acosador, poniéndose en contacto con las familias de la víctima y el agresor, o tomando otra serie de medidas punitivas.

Sin embargo, el estudio también alerta de un dato preocupante y es que sigue habiendo un elevado número de niños y niñas que sufren acoso escolar o ciberbullying que no se lo cuenta a sus padres (un 31 por ciento), por lo que es fundamental continuar trabajando la confianza y comunicación con nuestros hijos.

El bullying y ciberbullying, no es cosa de niños

Los niños que sufren acoso presentan, entre otros síntomas: depresión, ansiedad, miedo, asilamiento y bajo rendimiento escolar. También es frecuente encontrar sentimientos de rabia, baja autoestima y trastornos del sueño.

Se cree que el apoyo manifestado a la víctima y la contundencia en la actuación contra el agresor pueden estar detrás del descenso en la incidencia de autolesiones e intentos de suicidio por parte de la víctima, aunque desde la Fundación ANAR destacan que estas cifras no son por el momento significativas, y continúan poniendo el foco en el 94 por ciento de los menores víctimas de acoso que sufren problemas psicológicos.

Dado que hemos visto situaciones de acoso desde muy tempranas edades, es importante actuar con contundencia al primer inidicio, porque el bullying y ciberbullying no son cosa de niños. Y aunque cada vez somos más las familias y colegios implicados en la prevención y detección precoz, el informe de ANAR pone de manifiesto que aún queda mucho camino por recorrer.

Los padres también tenemos una responsabilidad importantísima: evitar que el acoso escolar continúe sucediendo, educando a nuestros hijos en empatía, amor y respeto, y dotándoles de herramientas que les permitan evitar ser víctimas de bullying.

Por su parte, desde la Fundación ANAR piden nuestra colaboración para solicitar al Gobierno y las Administraciones Públicas que tramiten con urgencia una Ley Integral contra la Violencia a la Infancia y la Adolescencia que proteja a los menores de edad frente a todo tipo de violencia, incluido el acoso escolar.

Fotos | iStock

Vía | Fundación ANAR

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