Hay una frase que se dice desde hace muchos años: los niños son el futuro. Pero en realidad, los niños nos han demostrado en muchas ocasiones que no son el futuro, sino el presente del mundo y los que podrán hacer posibles muchos cambios.
Para muestra, la lección que nos han dado recientemente, pues mientras los adultos protestan por su derecho a no vacunar a sus hijos (y que pone en riesgo la salud de todos), niños y adolescentes realizan una huelga a nivel mundial por el cambio climático.
Desde hace algunos meses, el nombre de Greta Thunberg se ha hecho visible en medios alrededor del mundo. La joven sueca de tan solo 16 años y síndrome de Asperger, es hoy líder del activismo contra el cambio climático y su efecto es visible en todo el mundo.
Su activismo comenzó con un pequeño acto en Suecia, cuando en agosto de 2018 decidió faltar al colegio y sentarse sola cada viernes con una pancarta escrita a mano con el mensaje: "Huelga escolar contra el cambio climático", frente a la sede del Parlamento sueco en Estocolmo.
Alrededor de 10 meses después, más de un medio de jóvenes en más de 100 países se habían unido a su huelgas escolares por el cambio climático. Este viernes, a un año de haber comenzado a manifestarse sola, más de 4 millones de personas en 163 países formaron parte de "Fridays for Future" (Viernes por el futuro), el nombre que le ha dado a su iniciativa.
Pero el impacto de Greta no se ha limitado a las huelgas por el cambio climático. La joven, que ha sido portada de revistas mundialmente famosas como TIME e incluso se rumora que podría ser nominada a un premio Nobel, visitó este fin de semana las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en donde junto a otros tres jóvenes ambientalistas denunciaron la inacción ante el cambio climático y pidieron un mundo sin emisiones contaminantes.
En reunión con el secretario general de la ONU, António Guterres, durante los días previos a la primera Cumbre del Clima de la Juventud, Greta, el argentino Bruno Rodríguez, la keniana Wanjuhi Njoroge y Komal Karishma Kumar de las islas Fiji, pidieron que los líderes del mundo rindan cuentas acerca de la falta de acciones por el cambio climático y advirtieron que continuarán saliendo a las calles para continuar con sus exigencias, tal como lo han hecho este pasado viernes.
Los chicos continúan dándonos lecciones
Como adulta y madre de una hija, no puedo evitar preocuparme enormemente al leer las noticias acerca del futuro que le espera a ella si no hacemos algo a tiempo para cambiar las cosas. Sin embargo, también como adulta estoy consciente que aunque yo tome algunas acciones para cuidar más el planeta, no es fácil convencer a todos los adultos de hacerlo.
Entre la costumbre de lo que comemos y gastamos, y la practicidad que nos dan muchos de los productos que consumimos diariamente sin pensarlo dos veces, como los plásticos de un solo uso y los empaques o envases innecesarios, puede ser difícil cambiar hábitos de toda la vida, especialmente cuando es más fácil y los tenemos más accesibles.
Otro factor a tomar en cuenta y que puede verse como algo típico de cada generación, es la forma de pensar tan distinta que se tiene según la etapa de la vida en la que nos encontremos. Muchas veces, la misma apatía y conformismo que en ocasiones nos domina cuando somos adultos, nos desmotiva y elimina las ganas de cambio pues "no tiene caso". Hemos perdido esa esperanza, esa ilusión.
Y por eso, me parecen sumamente importantes y valiosas las acciones de los chicos, en este caso niños y adolescentes en todo el mundo. A diferencia de muchos adultos, los jóvenes tienen ese impulso, motivación y energía por hacer las cosas y luchar por ellas. Y no debemos menospreciarlos ni subestimar esas acciones.
Sea por una ilusión propia de esos sentimientos de la juventud o por la esperanza de un mundo mejor, Greta y todos esos millones de jóvenes nos están dando grandes lecciones que muchos adultos podemos y deberíamos tomar en cuenta y aplicar en nuestra propia vida.
Personalmente, algo que también me resulta increíble, es ver que pareciera que los jóvenes son más conscientes que los adultos: mientras niños y adolescentes en todo el mundo se unen a la huelga por el cambio climático y exigen a líderes mundiales reformas políticas para tener un futuro mejor, adultos en Nueva York protestan porque no quieren vacunar a sus hijos, algo que como hemos comentado anteriormente, es una amenaza para la salud mundial.
Por ello, y porque la joven adolescente que aún vive en mí no se ha dejado derrotar por la apatía y todavía tiene la esperanza de un mundo mejor, me siento con más ganas de seguir trabajando por ello, y espero que estas lecciones que nos están dando los chicos para tomar acciones, sean escuchadas y logren cambiar nuestro planeta, por el bien de todos.
Foto | Julian Meehan, Gabriel Civita Ramirez en flickr