Los padres de adolescentes deseamos que nuestros hijos tenga plena confianza en nosotros, nos cuenten sus problemas, nos busquen para resolver sus dudas y compartan aspectos cotidianos de su día a día. Pero esa confianza no se obtiene de la noche a la mañana, y mucho menos podemos conseguirla a base de 'interrogatorios' o violando su intimidad.
¿Cómo saber lo que hacen nuestros hijos adolescentes sin caer en prácticas y errores de comunicación que nos alejan y separan?
El interrogatorio, enemigo de la comunicación positiva
La adolescencia es una etapa llena de cambios y retos para todos, empezando por el propio adolescente, que atraviesa una etapa transformadora en la que comienza a definir su identidad. Es por eso que los chicos y chicas a esta edad valoran tanto su espacio, privacidad e independencia, siendo hasta cierto punto normal que se alejen de nosotros.
Pero este cambio en su actitud podría llevarnos a los padres a cometer ciertos errores de comunicación a la hora de dirigirnos a ellos; errores que en lugar de acercarnos nos alejan y merman nuestra confianza.
'¿Donde vas?' '¿Con quien sales?' '¿Quién te ha llamado?' '¿A qué hora vas a volver?' '¿Que vas a hacer?'... Es lógico que los padres queramos estar al tanto de lo que hacen nuestros hijos y nos preocupemos por su seguridad. Pero someterlos a un tercer grado no es la mejor forma de hacerlo.
Los interrogatorios agobian, presionan, nos colocan en una posición de superioridad y provocan rechazo. Además, el interrogatorio suele ser visto por el adolescente como una falta de confianza de nosotros hacia ellos.
Entonces, ¿cómo puedo saber lo que hace mi hijo adolescente?
Hay dos premisas básicas que los padres debemos asumir:
- La primera es que nuestros hijos son seres independientes de nosotros, que merecen tener su espacio y su privacidad. Por tanto, si queremos que nuestra relación sea respetuosa y cercana no podemos (ni debemos) controlar todo lo que hacen.
- Por otro lado, la confianza es algo que debemos ir trabajando desde que nuestros hijos son pequeños. Si nunca hemos confiado en ellos y en sus capacidades, no les hemos escuchado realimente cuando tenían cosas que contarnos, ni les hemos dado motivos para confiar en nosotros, no podemos pretender que en plena adolescencia nuestros hijos nos busquen para contarnos sus cosas.
Pero como nunca es tarde para ganarnos la confianza de nuestros hijos, te damos algunos consejos que pueden favorecer el acercamiento y la conexión:
Escúchalo. Quizá te parezca que tu hijo adolescente no es demasiado comunicativo, pero cuando se lance a hablar contigo escúchalo atentamente. Muestra interés en lo que te cuenta, abre tus oídos y tus ojos y absorbe cada información que te de para conocer más detalles sobre él/ella.
Utiliza preguntas abiertas. Cuando hayas iniciado una conversación con tu adolescente, escúchalo más que hablar, y cuando hables procura utilizar preguntas de curiosidad que no solo denotan interés por parte del interlocutor, sino que fomentan una comunicación más cercana.
No intentes 'pillarle' en un renuncio. A veces, cuando los padres somos conscientes de que nuestros hijos no nos están diciendo toda la verdad, caemos en el error de intentar 'pillarles' en un renuncio o una contradicción que desenmascare su mentira. Pero esta práctica anula por completo la confianza que pudiéramos tener, y nos aleja emocionalmente.
Cuéntale sobre ti. Muchas veces no somos conscientes de cuánta información demandamos a nuestros hijos y qué poco les contamos a ellos sobre nosotros. Hablarles tanto de aspectos cotidianos de nuestro día a día como de aquello que nos preocupa, es una de las mejores formas de educar a los hijos en emociones a través del ejemplo.
Interésate por sus gustos y aficiones. Puede que los gustos de tu hijo adolescente estén en las antípodas de los tuyos. Quizá no compartas su forma de vestir, ni entiendas su jerga o sus aficiones. Pero preguntarle por sus hobbies no solo demuestra interés y acercamiento, sino que es una excelente forma de iniciar una conversación que nos descubra aspectos de nuestro hijo que quizá desconocíamos.
Utiliza el humor. El humor es clave en la comunicación con los hijos, pero muy especialmente en la adolescencia. A través del humor se rompen barreras, se liberan tensiones y favorecemos un clima de confianza y acercamiento.
Negocia. No impongas. Imponer a toda costa nuestro criterio a la hora de relacionarnos con nuestros hijos adolescentes puede provocar un distanciamiento. Es preferible establecer límites desde el consenso y la negociación, demostrando a nuestros hijos que confiamos en su criterio y escuchamos sus opiniones.
Comparte tiempo con tu hijo. Aunque seguramente tu hijo adolescente te diga que quiere estar solo, es fundamental pasar tiempo en exclusiva con él/ella, pues esto nos permitirá cultivar una relación profunda y continuar forjando el apego.
Invita a sus amigos a casa. Una excelente forma de conocer más detalles sobre tu hijo adolescente es a través de sus amigos. Invitarlos a casa y ser cordial con ellos nos descubrirá una parcela sumamente importante de su vida. Recuerda que para los adolescentes los amigos son un pilar fundamental.
Poniendo en práctica estos consejos y fomentando el dialogo y la confianza con nuestros hijos adolescentes, lograremos que nos cuenten más detalles sobre su vida sin necesidad de someterlos a ningún interrogatorio. Pero es importante ser pacientes y respetar sus tiempo y espacio.