Hablamos en su momento de que la generación Z es la más ansiosa de todas. Además, los adolescentes cada vez salen menos, hacen menos deporte y se pasan más horas conectados a las pantallas (sobre todo, a raíz de la pandemia). Esto ha hecho que se rompan menos los huesos, tengan menos heridas y traumatismos, pero por por contra, su salud mental sea peor.
Así lo asegura un informe de Cyber Guardians a través de su investigación, detallando que los trastornos mentales en menores de 20 años en España, a partir del 2012 han sufrido un ascenso explosivo, sobre todo en las niñas.
Este ascenso culminó durante los meses inmediatamente posteriores al inicio de la pandemia de Covid-19, registrándose los máximos de la serie histórica con un +300% de crecimiento respecto a 1997.
Menos heridas físicas pero peor salud mental
Según el informe, de forma progresiva desde finales de los años 90, y de forma más acusada en la última década, los adolescentes registran menos heridas, traumatismos o roturas de huesos. Esto evidencia, entre otros aspectos, una posible disminución severa de su actividad física.
En relación a ello, existe una correlación fuerte, tanto en chicos como en chicas, entre la disminución de esa actividad física y el aumento de los trastornos mentales.
A grandes rasgos, encontramos que la salud mental en niños y adolescentes de menos de 20 años está muy afectada, y esto es más acusado en chicas de 11 a 20 años que, además, muestran una alta correlación con trastornos de la alimentación y obesidad.
Obesidad infantil y trastornos de la conducta alimentaria
Además, el número de diagnósticos de obesidad infantil en ambos sexos ha experimentado un aumento constante, desde 1997 hasta 2021, tanto en niños como en adolescentes de 0 a 20 años.
En relación a ello, existe una correlación fuerte entre casos de obesidad y trastornos alimentarios con problemas de salud mental (0,95 sobre 1 en chicas). Aquí podemos ver dos gráficos que muestran la enfermedad mental como diagnóstico principal en niños de 0 a 20 años, por categoría, y también en niñas, respectivamente.
Las pantallas y las nuevas tecnologías, detrás de la peor salud mental de los jóvenes
Es importante saber que hubo un repunte de diagnósticos de trastornos mentales a partir del 2011-2012, sobre todo en chicas, y que el número de casos también ha aumentado de forma notable durante el Covid-19.
Y esto no es casualidad: las nuevas tecnologías tienen mucho que ver en esto, porque fue el 2012 el año en el que la penetración de Internet de Alta Velocidad alcanzó al 50% de los hogares de España.
En ese momento, las tabletas y los smartphones empezaron a ser cada vez más fáciles de adquirir, y se produjo una amplia aceptación social — global — del uso de redes sociales por menores. También en ese año se consolidaron patrones de suicidios crecientes entre adolescentes.
Tal y cómo explican en el informe:
Estos fenómenos alcanzan sus cotas más altas de impacto en los meses inmediatamente posteriores a la pandemia de Covid-19 — meses de uso máximo de medios digitales en todas las edades — disparándose los gastos de hospitalización de niños y jóvenes por diagnósticos motivados primariamente por problemas de salud mental.
Y aunque 'no todo es culpa de las pantallas', sí tienen mucho que ver.
El peligro del acceso a internet sin control o limitaciones
El acceso de menores y jóvenes a Internet sin control o limitaciones — desde tabletas o smartphones — y a servicios digitales diseñados sin tener en cuenta su salud mental, es uno de los factores determinantes de los resultados que han obtenido en la investigación.
No olvidemos que los pediatras y profesionales médicos recomiendan que no haya tiempo frente a las pantallas para niños de 0 a 2 años. Para niños de 3 a 5 años, se recomienda no más de una hora diaria de tiempo frente a la pantalla con supervisión conjunta, y menos es mejor.
Y en el caso de los adolescentes, menos también es más. Según un estudio de Gasol Foundation, citado en El Mundo, lo recomendable es que, entre 3º de Primaria y 4º de la ESO, niños y adolescentes no superen los 120 minutos al día de pantallas.
Al final, se trata de equilibrar las diferentes áreas de la vida, y eso incluye potenciar el deporte, el tiempo con amigos (de forma presencial), la familia, etc. Todo esto, indudablemente, es positivo para su salud mental.
Foto | Portada (Película Brick, 2005)