La ansiedad es un estado de hiperactivación del organismo, con síntomas físicos y psicológicos, que puede afectar a todas las áreas de nuestra vida, incluida la sexual. Cuando experimentamos ansiedad sexual, nos cuesta mucho "desconectar" durante las relaciones íntimas y disfrutar del momento de intimidad con nuestra pareja sexual.
Según Lucía Jiménez, psicóloga y sexóloga en Diversual, la ansiedad sexual es una de las principales causas detrás de la mayoría de los problemas sexuales (disfunción eréctil, eyaculación precoz, problemas de deseo, dolor genital o dificultades del orgasmo...), que los origina y mantiene. Te contamos más sobre la ansiedad sexual, cuáles son sus causas y cómo saber si la sufrimos a través de algunas señales.
Ansiedad sexual: así funciona
Tal y cómo explica a Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, en el plano de la sexualidad, "la ansiedad se convierte en síntoma cuando sentimos aprensión o nos anticipamos mal a un peligro sin causa o nos hace creer que estamos erotizados cuando en realidad estamos apurados por cumplir".
El especialista explica que es más frecuente en los hombres, sobre todo, por la influencia social y cultural de "tener que cumplir", demostrar la potencia y complacer a su pareja sexual.
Por su parte, Lucía Jiménez menciona que, en la práctica terapéutica la ansiedad influye negativamente en la respuesta sexual. Sin embargo, y resulta curioso, en el laboratorio, los estudios han demostrado que un cierto grado de ansiedad facilita la excitación sexual, ya que parte de la expresión fisiológica de ésta (el aumento de la frecuencia cardiaca y de presión sanguínea) se comparte con la respuesta sexual.
Cómo influyen los pensamientos en la ansiedad sexual
Según los estudios, el tipo de pensamientos e interpretaciones que hacemos cuando estamos sintiendo esa ansiedad sexual es el factor determinante a la hora de influir en nuestra respuesta sexual.
Por ejemplo, se ha visto cómo las personas que previamente ya han tenido algún problema sexual, son más propensas a desarrollar pensamientos catastróficos cuando experimentan ansiedad (lo que dificulta su deseo sexual, excitación u orgasmo).
En cambio, las personas con una relación "normal" o sana con la sexualidad (sin problemas previos), cuando experimentan ansiedad, empiezan a tener pensamientos que facilitaban su autocontrol, y ponen el foco de su atención en las claves eróticas del contexto, lo que facilita la respuesta sexual.
Señales de que padeces ansiedad sexual (que te impide disfrutar del sexo)
1) Dificultad para conectar con el momento presente durante el sexo y disfrutar
Según el sexólogo Walter Ghedin, las personas que padecen ansiedad sexual "tienen dificultades para centrarse en lo que sienten y no se focalizan en el cuerpo, sino en las ideas que se le imponen". Así, la atención está mucho más en la cabeza y no tanto en el cuerpo y en las sensaciones.
Esto hace que sea muy difícil 'desconectar'; se activa entonces el sistema nervioso simpático, el de la ansiedad. Qué ocurre, que no podemos estar relajados (sistema nervioso parasimpático) y ansiosos a la vez, y por tanto, esto dificulta la relación sexual.
2) Dificultad para concentrarse en la excitación
También según Ghedin, otra señal de ansiedad sexual sería la dificultad para concentrarse en los diferentes niveles de excitación, en las zonas erógenas y en las fantasías sexuales. Igual que el punto anterior, todo esto dificulta que la persona conecte realmente con el momento presente, con las señales de erotismo del momento, y por tanto, no pueda excitarse.
3) Autoexigencia elevada y centrarse en exceso en el coito
Otra señal de ansiedad sexual es la elevada autoexigencia. Muchas de estas personas son personas exigentes consigo mismas; además, creen que el acto sexual se basa en el coito y subestiman la importancia del juego y otras prácticas que no sean la penetración. Esta visión reduccionista del sexo (y demasiado centrada en lo que deben hacer) dificulta la apertura a otros estímulos que podrían favorecer este momento de intimidad (y también la excitación).
4) Inseguridad y temor a ser avergonzado
A raíz de lo anterior, son personas que acaban desarrollando inseguridad, y a las que además, les cuesta innovar (debido a esa mirada reduccionista del sexo). Por ello enfrentan la relación sexual con temor e ideas anticipatorias, sentimientos de inferioridad y miedo a pasar vergüenza o a ser avergonzados por la otra persona.
Se activa entonces el "rol de autoespectador" (una mirada externa que juzga y evalúa, casi siempre en forma negativa, el comportamiento sexual), y que nos lleva a pensar: "Vas a hacerlo mal", "no te vas a poder relajar", "no llegarás al orgasmo", etc.
5) Dificultad para tener fantasías y rechazo de los contactos eróticos
Todos estos miedos y creencias hacen que las personas que sufren ansiedad sexual ni siquiera se animen a tener fantasías y rechacen los contactos eróticos. Todo esto hace que les cueste disfrutar de todo lo que rodea y alimenta el sexo (juegos, erotismo, preliminares...).
Por eso, según Ghedin, "acortan el juego erótico para sacarse el tema de encima, lo cual conlleva más tensión y la imposibilidad de que el cuerpo y las sensaciones eróticas vayan en aumento".
Causas de la ansiedad sexual
Pero, ¿por qué sentimos todo esto? Por su parte, Lucía Jiménez menciona que las causas más frecuentes de la ansiedad sexual son:
- Autoexigencia sobre el rendimiento que se "ha de tener" en la relación sexual (también llamada "ansiedad de ejecución").
- Aspectos emocionales relacionados con el vínculo erótico: por ejemplo, pensar "si no me desea es que no me quiere", cambiar sexo por amor, problemas para confiar, etc.
- Autopercepción negativa: cómo de deseable me siento y cómo me siento con mi imagen corporal.
- Preocupación sobre que la pareja alcance el orgasmo.
- Excesiva preocupación con la erección; si se dará o no, si se mantendrá, su apariencia…
- Disconformidad con el tamaño del pene.
- Control de la eyaculación; tratar de "aguantar" para no eyacular (o para no hacerlo "pronto").
- Desconexión entre las sensaciones del cuerpo y de los genitales.
Cómo afrontar la ansiedad sexual
Es importante abordar este tema para poder ponerle remedio, pero sin obsesionarnos, porque la obsesión aún puede retroalimentar más dicha ansiedad.
De hecho, una de las recomendaciones de Lucía Jiménez para abordar esta problemática es normalizar lo que nos está ocurriendo, para reducir esa autoobservación que sólo intensifica la ansiedad. También aboga por compartir lo que nos pasa, permitirnos la posibilidad de "fallar" y desvincular el placer sexual de lo genital, es decir, explorar otras posibilidades de placer.
Por ejemplo, planteando un encuentro sexual donde no tenga que haber penetración u orgasmo, y ver cómo nos sentimos con ello. Y por último, recomienda pedir ayuda especializada a una sexóloga especialista que nos acompañe en el proceso.
Foto | Portada (Película Normal People, 2020)