Hay pocas cosas que me conmueven más que las historias en las que hay una conexión tan especial entre niños y perros. Estos auténticos héroes de cuatro patas asumen un rol protector sobre los niños, y más aún cuando ellos tienen algún tipo de deficiencia. Como si tuviesen que estar más atentos.
Os presento a los protagonistas de la historia: Sadie Brooks es una niña de 4 años que tiene diabetes tipo 1 y Síndrome de Down y Hero es su perro labrador entrenado para percibir variaciones en los niveles de azúcar a través de su fuerte sentido del olfato. Un día, Sadie se fue al cole como todos los días y Hero, que se encontraba en casa a 8 kilómetros de distancia, fue capaz de detectar una caída preocupante de sus niveles de azúcar.
Hero es capaz de detectar variaciones de los niveles de azúcar de Sadie. Si están muy elevados se queja levantando la pata derecha y si están muy bajos, lo hace levantando su pata izquierda.
Un día de diciembre, Sadie había asistido a sus clases de educación especial en la escuela primaria de Deerfield, en Cedar Hills, a 8 kilómetros de distancia en su casa, y Hero empezó a lloriquear de una forma que nunca había hecho antes. La madre de la niña, Michelle, se dió cuenta que el lloriqueo de Hero significaba algo preocupante y decidió llamar al colegio para que se comprueben los niveles de azúcar de su hija.
La profesora lo hizo y los niveles estaban bien, sin embargo media hora después descendieron de 122 a 82, poniendo en peligro de coma diabético a la niña.
Con cientos de millones de receptores olfativos, los perros entrenados para ello pueden detectar el olor producido por sustancias químicas con antelación a la tecnología hasta unos 3 kilómetros de distancia, calculan los expertos. Pero Hero parece tener un don especial y un vínculo muy estrecho con su dueña, un auténtico ángel guardián para la pequeña.
Vía | kutv
Más información y fotos | Sadie's Hero
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