Una de las mamás más famosas de las redes sociales británicas, la comadrona Clemmie Hooper, acaba de cerrar su cuenta de Instagram, @motherofdaughters, con más de medio millón de seguidores, tras ser acusada de utilizar a su familia para ganar dinero.
El caso de esta familia-anuncio (el padre también muestra a las niñas en su propia cuenta de Instagram) ha puesto sobre la mesa el debate sobre si es lícito utilizar a los niños en publicaciones comerciales.
Una familia anuncio
La familia Hooper es una de las más conocidas del público británico, que sigue con interés las andanzas de la atractiva pareja formada por Clemmie y Simon. Han visto crecer a Anya, de diez años, Marnie, de siete, y siguieron con interés el embarazo y ahora las monerías de Ottillie and Delilah, de dos.
Sin embargo, Clemmie Hopper ha pasado en solo una semana de mamá trabajadora que enseñaba con sentido del humor el desastre que es el día a día en una familia numerosa a mala de la película: una madre que explota a sus hijos para sacar dinero.
La polémica
Estalló en Mumsnet, el foro oficial de las mamás británicas. Hay que explicar que la familia tiene acuerdos de colaboración con varias marcas, que patrocinan desde pañales hasta sus vacaciones.
El debate se abrió cuando una de las madres consideró "éticamente dudoso" el utilizar la imagen de sus hijas para hacer publicidad. El comentario fue seguido de un aluvión de críticas en el mismo sentido que obligaron a la influencer a defenderse: "No siento que 'venda' a mis hijas para ganar dinero, en realidad casi nunca saco a las chicas mayores y he cambiado mi enfoque cuando trabajo con marcas. Por ejemplo, no muestro fotos de mis hijas solas para un anuncio y siempre me pregunto: ¿es realmente necesario que estén en la foto?", dijo.
Clemmie también añadió que sus hijas siempre dan su consentimiento antes de publicar cualquier entrada en la que aparezcan, un argumento que no tiene mucho peso, ya que las mayores difícilmente comprenden las consecuencias de aparecer en las fotos y, en el caso de las pequeñas, roza lo ridículo, pues solo tienen dos años.
¿Qué pasa con el padre?
Sin embargo, detrás de esta campaña de desprestigio podría haber algo más que el interés en defender los derechos de las niñas. Y es toda una contradicción: parece que las redes no le perdonan que haya pasado de ser una madre trabajadora de clase media a toda una influencer con un estilo de vida glamouroso y viajes por todo el mundo, cuando son precisamente sus seguidores los que han hecho posible este cambio gracias a sus visitas. Paradójico.
Por otro lado, es la madre de familia la que se ha convertido en blanco de las críticas pero, ¿qué pasa con el padre, Simon? Este asesor de negocios se ha apuntado al éxito de su mujer y, bajo el perfil de Instagram @fatherofdaughters, acumula más de 800.000 seguidores, ha publicado un libro sobre crianza y también muestra a sus hijas en publicaciones publicitarias. Además, él es el autor de una de las publicaciones más controvertidas, en la que aparecía una de sus hijas sentada en el orinal. ¿Por qué nadie se mete con él?
Cerrado temporalmente
Tras una semana de críticas, Clemmie Hooper ha decidido desactivar su cuenta de Instagram, aunque este cierre podría ser temporal. Lo cierto es que esta madre no ha hecho nada diferente al resto de "instamamis" de la red: mostrar cómo es su vida familiar y beneficiarse económicamente de esa fama.
A mi personalmente me parece más importante el debate sobre si los padres tienen derecho a exponer la vida de sus hijas en las redes sociales que el hecho de que la familia haga dinero con la publicidad.
Vía The Telegraph
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