Se suele etiquetar a los adolescentes y los jóvenes de hoy en día como la "generación de cristal", que son cómodos y solo se miran el ombligo. Sin embargo, las imágenes de los últimos días han demostrado todo lo contrario.
Ante la catástrofe provocada por la DANA en Valencia, los jóvenes fueron los primeros capaces de organizarse de forma autónoma a través de grupos de Telegram y Whastapp para ir a los pueblos afectados a ayudar en lo que fuera.
Palas, cepillos y cubos en mano oleadas de adolescentes y jóvenes caminaron kilómetros para ayudar en las labores de limpieza y hacer llegar los primeros suministros de agua y comida a las personas que lo han perdido todo. Favoreció el hecho de que ese día fuera festivo por el Día de Todos los Santos, demostrando que los jóvenes están a la altura en los momentos difíciles.
Adolescentes y jóvenes, a la altura
La Generalitat calcula que entre 15.000 y 20.000 fueron las personas que asistieron a la convocatoria para desplazarse a ayudar a los municipios más afectados por la DANA en autobuses fletados desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. La gran mayoría de ellos, adolescentes y jóvenes. La avalancha de voluntarios fue tal, que tuvieron que pedirles a muchos de ellos que volvieran los próximos días.
Y los que no están en el lugar, están colaborando en organizaciones, asociaciones solidarias y en las puertas de supermercados de toda España recogiendo donaciones de comida y enseres para los afectados.
¿Por qué pensamos que los jóvenes no son solidarios?
Un informe elaborado por la Fundación Botín concluye que la Generación Z prefiere dedicar su tiempo a una labor social antes que colaborar con dinero.
Muchos piensan que los jóvenes no son solidarios, pero es todo lo contrario. "Cuanto más jóvenes, más solidarios somos, ya que precisamente a mayor edad y responsabilidad es cuando perdemos la inocencia y, a veces, también esas ganas de cambiar el mundo", señala Arancha Martínez, fundadora y presidenta de itwillbe.org.
Según un informe de Ayuda en Acción, las principales causas y motivaciones que mueven a la juventud a la hora de hacer voluntariado están relacionadas con los cambios que perciben a su alcance y que pueden generar un impacto tangible, consiguiendo resultados útiles.
La juventud busca conectar con personas con inquietudes similares de manera presencial a través de acciones concretas y puntuales, priorizando esto frente a compromisos de larga duración.
La generación Z solidaria y participativa
Según el Observatorio del Instituto de la Juventud esta generación puede aportar muchas cosas pero el mundo les “frena”. El reto será acompasar esa velocidad a una realidad que todavía va demasiado lenta y que no se adapta a realidades horizontales y participativas, como el valor de la inteligencia colectiva y la innovación social.
Yolanda Rueda, Presidenta de la Fundación Cibervoluntarios, señala “hay dos ámbitos que actualmente están cambiando el mundo para los jóvenes: la tecnología y lo social. Estamos en el momento de regenerar el sistema, de regenerar el voluntariado. Los jóvenes quieren y pueden participar, con o sin las instituciones, si estas no les dejan el espacio, ellos van a buscarlo. Tienen en sus manos el conocimiento y el peso de la realidad, quieren mejorarla, se sienten protagonistas y buscan soluciones.”
Foto portada | Cruz Roja Española en Flickr CC