A medida que las personas crecen su vida se basa en vivir el día a día, en vivir pensando en el futuro y pensando también en todo lo que ha ido quedando atrás, es decir, en nuestros recuerdos. La Navidad, además de ser una etapa eminentemente consumista, es una época en la que la familia se junta para hablar del presente y para hablar también del pasado.
Esa es la parte que a mí más me gusta, la de recordar, la de volver atrás para acordarnos de cuando éramos niños, de nuestra infancia, de la felicidad que se respiraba en estos días navideños, hace 20 ó 30 años y de las anécdotas que sucedían. Pues bien, imaginad la impresión, la sorpresa y la felicidad que debe sentir Victor Bartlem, cuando hace unos días vio publicada en el periódico una carta escrita a Papá Noel por su madre, hace cien años.
La carta fue descubierta realmente en 1992, cuando el dueño actual de la vivienda donde vivió Hanna Howard, la madre de Bartlem, decidió instalar la calefacción central, queriendo la casualidad que se pasara por la chimenea para darse cuenta de que en ella había un papel que databa de 1911, que no era otra cosa que una carta con las ilusiones de una niña pequeña que pedía sus regalos a Papá Noel.
En ese momento John Byrne, el dueño de la casa, decidió dejarla en el mismo sitio donde la había encontrado como símbolo de tiempos pasados. Pensó que era un bonito recuerdo de la Navidad y le pareció tan mágico hallarlo en la chimenea, tantos años después, que consideró que lo mejor que podía hacer era, simplemente, dejarla de nuevo en "su sitio".
Esta semana, cuando la carta cumple 100 años, Byrne decidió sacarla a la luz, hacerla pública como curiosidad. El Irish Times se hizo eco de la historia y así fue como Victor, el hijo de la autora de la carta, leyó la historia de la carta que su madre había escrito cuando era pequeña.
Para él fue una auténtica sorpresa que le trajo recuerdos muy gratos de su madre, que falleció en 1978. La reacción de la gente ha sido casi como si les contaran un cuento mágico de Navidad, tan maravilloso, que el mismo Bartlem ha confesado que se ha visto un poco desbordado, aunque entiende que es "el espíritu navideño en el que estamos, es la Navidad".
Como curiosidad, Hannah Howard escribió en su carta que quería "una muñeca bebé y un impermeable con capucha y un par de guantes y una manzana acaramelada y un penique de oro y un caramelo largo". Una carta tan extensa como las de nuestros hijos en la actualidad, ¿verdad? E igual de práctica, que la niña pedía un impermeable y guantes... cuando los niños de ahora difícilmente pedirán ropa.
Vía | Pequelia En Bebés y más | Cartas para Papá Noel exclusivas de Bebés y más (Navidad'11), Frases ingeniosas de niños: cartas a Jesús