Lo que al principio parecía un reclamo de cierto tipo de público se está extendiendo a todos los ámbitos en los que convivimos como familias: las áreas "child free" o espacios en los que el acceso a niños está prohibido ha pasado de ser un servicio exclusivo de hoteles, a verse de forma cada vez más frecuente en restaurantes, cines, museos, bibliotecas y aviones.
Precisamente la aerolínea turco-holandesa Corendon Airlines será la primera de Europa en introducir zonas libres de niños. Lo ofrecerá en un vuelo de larga distancia de Amsterdam a Curaçao, a cambio de un coste adicional en el billete que da derecho a un lugar "aislado" de los niños.
Cómo será la "Zona solo adultos" de Corendon
Según ha anunciado la aerolínea en su página web, esta zona del avión está destinada a pasajeros sin niños mayores de 16 años y a viajeros de negocios que desean trabajar en un ambiente tranquilo, un servicio que según ellos, "también tiene un efecto positivo para los padres con hijos al no tener que preocuparse tanto por las posibles reacciones de sus compañeros de viaje si su hijo está un poco más nervioso o llora".
La zona “Sólo Adultos” estará ubicada en la sección delantera del avión y constará de nueve asientos XL con espacio adicional para las piernas y 93 asientos estándar.
Estará físicamente separada del resto de la aeronave mediante paredes y cortinas, que según ellos, "creará un ambiente blindado que contribuye a un vuelo tranquilo y relajado".
La reserva de asiento en la zona Sólo Adultos costará 45€ por trayecto en asiento estándar y 100€ en asiento XL y empezará a funcionar a partir del 3 de septiembre.
¿Una prueba que se extenderá a todas las aerolíneas?
Según Corendon, se trata de una prueba y aunque en su comunicado no informa qué sucederá. Si los resultados son positivos para su imagen de marca y la venta de vuelos, seguramente se extienda al resto de rutas.
Otras aerolíneas asiáticas tienen este tipo de servicios, entre ellas IndiGo, la pionera en ofrecer este sevicio a sus pasajeros desde 2016 en todas sus rutas, señal que indica que la demanda es creciente y que es algo que probablemente continuemos viendo en compañías más grandes.
Aunque entiendo que las compañías quieran cubrir una demanda cada vez más solicitada, sinceramente no tengo claro que unos paneles y unas cortinas puedan aislarte del llanto de un bebé (recuerdo como eran los de mi hija recién nacida cuando tenía cólicos y lo dudo bastante).
A quien le molestan los niños, seguramente también le moleste quien ronca cuando duerme, quien se sube al avión con unas copas de más, quien, por el motivo que sea no se ha duchado en la mañana, quien lleva los auriculares con el volumen demasiado alto, quien no para de hablar o quien no para de quejarse por todo (todo este panorama no me lo he inventado, lo he vivido en mis propias carnes). No hay zonas "libres de molestias" porque seguramente todos lo hacemos en algún momento. Hay zonas libres de sentido común: los niños hacen cosas de niños y no por capricho, ¡simplemente son niños!
Estaremos atentos a como evoluciona el experimento de Corendon, aunque personalmente me gusten más otros que se plantean de una forma positiva, promoviendo un servicio de cara a los niños y las familias en donde volar se convierte en una experiencia inolvidable (seguramente incluso para quienes no tienen hijos).