Hace casi 14 años, una joven japonesa llamada Marie Kondo publicó un libro titulado "La magia del orden", un libro inspirado en consejos japoneses que hablaba acerca del impacto positivo que tiene en nuestras vidas el llevar una vida organizada y minimalista.
El libro, que compartía los mejores consejos prácticos de Marie como organizadora profesional y en el que nos invitaba a hacer la prueba de la felicidad con las cosas que teníamos en nuestra casa, fue un éxito de ventas y catapultó a la fama a Marie Kondo como sinónimo de orden, armonía y felicidad.
Su método, conocido como KonMari, destacaba especialmente la importancia de "despedirnos" de todo aquello que no causara alegría y adoptar una vida minimalista. Pero aunque este fue el discurso de Marie por más de una década, la cosa cambió cuando se convirtió en madre. Y terminó tragándose sus palabras.
Desde luego, no queremos criticarle o juzgarle por cambiar de opinión. Después de todo, ¿cuántos de nosotros no hemos dicho que haremos tal o cual cosa y cuando llegan los hijos nos cambian los planes por completo y no cumplimos nada de lo planeado? Seguramente, muchos.
Y esto es precisamente lo que le sucedió a Marie, la reina de la organización. Aunque sigue conservando y aplicando las bases de su método, finalmente entendió lo que muchas personas -especialmente aquellas con niños pequeños- intentaron decirle durante muchos años: cuando se tienen hijos en casa, intentar alcanzar el orden perfecto es algo prácticamente imposible.
"Me he dado por vencida en el buen sentido": abrazar el desorden
Hace casi dos años, en un seminario web declaró que finalmente abraza un poco el desorden y ha decidido rendirse "en el buen sentido":
"Hasta ahora, era una organizadora profesional, así que hice todo lo posible para mantener mi casa ordenada en todo momento", explica. "Me he dado por vencida en eso en el buen sentido. Ahora me doy cuenta de que lo que es importante para mí es disfrutar y pasar tiempo con mis hijos en casa".
Incluso en su web, Marie tiene un apartado en el que comparte consejos de organización para las familias con hijos, donde confiesa que al principio se sentía muy frustrada por no poder organizar su casa de la manera en la que siempre lo había hecho:
"La maternidad me ha enseñado a ser más indulgente conmigo misma. La alegría que viene con la crianza supera cualquier satisfacción que pudiera haber venido de tener una casa perfectamente ordenada. Mis hijos también me recuerdan que nuestras vidas pueden cambiar a diario (si no cada minuto), y que lo mejor que podemos hacer es honrar el lugar en el que estamos en el momento presente", escribe en su web. "Así que mi casa está más desordenada ahora y lo estará en el futuro cercano".
Las prioridades cambian con la llegada de los hijos
Como lo comentábamos previamente, no se trata de juzgar a Marie. Después de todo, muchos de sus consejos sí que nos han facilitado la organización en casa, como agilizar el cambio de armario o enseñar a los niños sobre el orden. Y muchos de sus seguidores le han aplaudido en sus redes sociales por reconocer que el orden es algo que no siempre vamos a lograr.
Quizás, el mensaje más importante que esto nos puede dejar, es que tener hijos nos cambia a todos, incluso a quienes tienen métodos o reglas estrictas como Marie, pero además es una invitación a hacer un análisis interno y revisar o ajustar nuestras prioridades para dejar de ser tan exigentes con nosotros mismos.
Tal y como lo diría ella misma en el post que publicó hace unos meses con motivo del Día de la Madre: "Convertirme en madre también me ha enseñado más de lo que podría haber imaginado. He aprendido a ir más despacio, a aceptar lo inesperado y a celebrar el hecho de que la perfección (o algo cercano a ella) es inalcanzable".
Foto | Marie Kondo en Instagram