Está comprobado científicamente que tener una casa ordenada nos hace más felices, ya que el ambiente en el que vivimos también impacta nuestro bienestar emocional. Pero para mantener una casa ordenada, se necesitan dos cosas: ser organizados y tener alguna rutina de limpieza.
Una de las cosas que puede afectar de manera negativa el orden en casa es el número de cosas que tenemos, pues cuanto más tengamos más nos costará mantenerlo todo organizado. Si no somos conscientes de esto, podemos ir acumulando cosas sin darnos cuenta y después se nos hará más difícil alcanzar el orden.
Afortunadamente hay varios trucos que podemos hacer para prevenir esto, como la regla de cinco segundos para deshacernos de cosas innecesarias y lograr tener la casa siempre ordenada.
Cinco segundos para decidir
Si eso de los cinco segundos te suena familiar, es porque se trata de una regla que compartimos hace tiempo. Consiste en una simple cuenta regresiva para ayudarnos a pasar de la idea a la acción y lograr cumplir las metas que nos propongamos.
Pero su uso no se limita solo a esto, ya que también es un excelente truco si buscamos deshacernos de cosas en casa, especialmente si hemos notado que hemos ido acumulando algunas cosas o el desorden no parece reducirse por mucho que limpiemos y organicemos.
En este caso, usaremos la cuenta regresiva para ayudarnos a no pensar demasiado las cosas - algo particularmente útil si nos cuesta deshacernos de lo material. Lo que haremos entonces será lo siguiente:
Cada vez que pienses que tal vez deberías deshacerte de algo, tómalo con tus manos y procede a decir mentalmente o en voz alta "cinco, cuatro, tres, dos, uno". La idea es que inmediatamente al terminar esa cuenta regresiva tomes una decisión al respecto.
Sucede que muchas veces cuando estamos limpiando y organizando, nos detenemos a pensar cosas como ¿y si lo necesito después? o nos inventamos excusas para justificar el seguir conservando cosas que realmente no utilizamos ni necesitamos.
La regla de los cinco segundos, en cambio, elimina esa oportunidad de sobrepensar y nos ayuda a tomar decisiones más objetivas que, en esta situación en particular, nos ayudarán a deshacernos de cosas innecesarias para poder tener espacios más ordenados.
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