Existen acontecimientos que a veces se replican en un entorno cercano y generan la sensación de "contagio". A muchos nos pasó con el embarazo (en mi círculo de amigas nacieron alrededor de 10 bebés en poco más de seis meses), y al parecer ocurre lo mismo con el divorcio. No lo decimos nosotros, sino un estudio realizado por la Universidad de Brown que defiende que este es un fenómeno colectivo que se extiende más allá de los directamente afectados.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores analizaron el efecto del divorcio a través de las redes sociales de las parejas (refiriéndose a sus círculos de conocidos, no a las aplicaciones de móvil).
En él, afirman que "el divorcio de un amigo o pariente cercano aumenta dramáticamente las posibilidades de que tú también te divorcies", ya que la cercanía de la experiencia puede hacerte cuestionar factores de tu relación que pueden ser condicionantes a la hora de planteártelo y tomar una decisión.
También sugiere que la razón más importante por las que este podría "extenderse", sucede cuando se percibe una mejora en la vida de quien se divorcia: "las personas que se divorcian pueden promover el divorcio en otros demostrando que es beneficioso (o al menos tolerable), o incluso brindando apoyo que permita a un individuo contemplar y soportar una ruptura de su relación". Ver en un espejo cercano lo que sucede tras separarse puede ser el detonante para que una persona se decida.
Las hijas de padres divorciados tienen más probabilidades de separarse
El estudio también muestra que el riesgo de divorcio en los primeros cinco años de matrimonio aumenta un 70% cuando al menos uno de los integrantes de la pareja son hijos de padres divorciados y de forma muy acusada cuando se se trata de mujeres, ya que ellas suelen mostrar un mayor compromiso con su trabajo y ahora quieren tener menos hijos, reduciendo su dependencia económica de los hombres.
"Si bien el empleo de las mujeres puede aliviar el estrés financiero en un matrimonio, al mismo tiempo potencia el conflicto sobre las tareas domésticas y la crianza de los hijos, lo que hace que el matrimonio sea menos satisfactorio para ambos".
Aunque el estudio afirma que curiosamente la presencia de hijos no influye en la probabilidad de divorcio, cada hijo reduce la susceptibilidad a ser influenciado por amigos que se divorcian.
El divorcio se puede contagiar persona a persona, pero no se extiende de forma generalizada
Según los resultados del estudio, los divorcios se extienden a dos grados de separación en la red (es decir, dos saltos en la cadena de la red de conocidos), pero afirma que se sabe poco acerca de cómo las conexiones interpersonales se ven afectadas por una separación, o del motivo por el cual tales tales efectos no se difunden en la sociedad de una manera más generalizada.
Efectivamente los datos confirman que aunque separarse puede ser "contagioso", a nivel general la tendencia no se extiende: según el INE, en nuestro país las tasas de divorcio van en detrimento: en 2022 hubo 81.302 divorcios, un 6,4% menos que en el año anterior (de ellos, el 12,9% lo fueron ante notario).
Imagen | @sofiavergara