Tiene nueve años, está a punto de graduarse en una ingeniería y asegura: "no me siento especial por ir a la Universidad"

Los niños no dejan de sorprendernos aunque quizás los logros de Laurent Simons sean aún más espectaculares. Con solo nueve años y un coeficiente intelectual de 145, se convertirá en menos de un mes en la persona más joven en obtener un grado universitario.

Su carrera académica es para dejarte con la boca abierta: empezó en primaria con cuatro años, pasó a secundaria con seis y entró en la Universidad Técnica de Eindhoven (Holanda) en marzo, con ocho años. Allí completará en diciembre una ingeniería eléctrica de tres años de estudios en solo nueve meses.

A pesar de todo, asegura que no se siente especial y que sigue manteniendo a sus amigos de la escuela infantil, con los que juega a cosas de su edad.

Un plan de estudios a medida

"Los lunes me presentan los cursos que daré esa semana, los martes tengo prácticas, los miércoles es mi día de estudio, los jueves tengo tutoría con los profesores y los viernes hago exámenes".

Así explica Laurent su plan de estudios semanal al que hay que añadir su proyecto de fin de grado: un chip electrónico conectado al cerebro.

Pero su objetivo a más largo plazo es mucho más ambicioso aún: conseguir extender la vida a través de la creación de órganos artificiales, lo que "podría llegar a conseguir la vida eterna", según el propio Laurent, quien se ha convertido en una auténtica estrella en su país, Bélgica.

Y a pesar de su timidez, parece que sí disfruta de su momento de fama, cuando le reconocen por la universidad o le felicitan a través de su cuenta de Instagram, donde ya tiene más de 47.000 seguidores.

Según explica Lydia Simons, su madre, en 'El Periódico', el pequeño pasó sus primeros años de vida en Ostende (Bélgica) al cuidado de sus abuelos, por motivos laborales. Fueron ellos quienes advirtieron de la capacidad intelectual de su nieto, aunque Lydia asegura que no les prestó mucha atención porque "para cualquier abuelo su nieto es especial".

Hasta que en el colegio le confirmaron que para Laurent aprender era demasiado fácil y con seis años sus primeros profesores aseguraron que ya no podían enseñarle más.

Aún así, este pequeño genio asegura que nunca se aburrió en clase, porque "me enseñaban las cosas que hacían los chicos más mayores".

Una acelerada vida académica que no le roba la infancia

Eso es lo que asegura su madre porque "la vida universitaria y su vida personal están muy separadas".

Cuenta que sigue manteniendo a sus amigos de la escuela infantil, "aunque con ellos no hablo de la Universidad", pero sí juega al 'Minecraft' en la consola, ve series de Netflix y juega con pistolas de agua.

"Hace las mismas cosas que cualquier niño de nueve años con la diferencia de que él sabe más", explica la madre de Laurent

A pesar de todo, Lydia asegura que "es importante darle a Laurent la oportunidad de continuar desarrollándose académicamente", pero también está siendo complicado porque es nuevo para todos ellos.

De momento, cuando termine el grado, "este pequeño Einstein", que quiere estudiar un doctorado y formarse en medicina, aún tiene que negociar con sus padres la hora de irse a dormir y el tiempo de ocio con las pantallas.

Vía | El Periódico

Fotos | Instagram Laurent Simons

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