Hace algunas décadas y hasta hace pocos años, se le solía llamar superdotados principalmente a las personas que mostraban un coeficiente intelectual (CI) superior a la media o que mostraban una gran habilidad en determinadas áreas de la inteligencia.
Este tipo de personas, a quienes también muchos se referían como genios, destacaban, entre otras cosas, por comenzar su educación superior a muy temprana edad, como ir a la universidad cuando todavía son niños o adolescentes.
Sin embargo, con el paso de los años y la creciente información en el tema, los términos "superdotado" y "genio" han dejado de utilizarse y recomendarse, para abrir paso a otro nombre: altas capacidades.
El coeficiente intelectual no lo es todo
Como mencionábamos al inicio, décadas atrás la inteligencia se medía únicamente atendiendo al CI: se consideraba que una persona era superdotada cuando tenía un CI igual o superior a 130 o cuando alcanzaba percentiles superiores al 75 en las distintas áreas de la inteligencia, incluyendo la creatividad.
Sin embargo, las investigaciones han demostrado que la inteligencia humana es excesivamente compleja como para reducirla a un simple número, por lo que hablar de superdotación sería hablar de un perfil muy específico.
Por esto, aunque como término no estaría mal empleado si nos referimos exclusivamente a ese pequeño porcentaje de la población con una capacidad intelectual excepcional, se trataría de un término muy reduccionista ya que deja fuera otros talentos e inteligencias.
Por otro lado, se ha encontrado que emplear el término "superdotado" de manera indiscriminada o como sinónimo de "altas capacidades", podría propiciar la aparición de una serie de prejuicios y falsas creencias, que nos lleven a caer en el error de centrarnos únicamente en un CI y generar presión en los niños, pues la inteligencia no tiene que ver únicamente con las calificaciones o el desempeño académico.
Las altas capacidades son como un paraguas
Hoy en día lo más apropiado es decir que una persona tiene "altas capacidades", ya que así abarcamos una situación más general, haciendo referencia a un conjunto amplio de habilidades y talentos excepcionales de la persona en áreas específicas.
Dicho de otro modo, las altas capacidades se definen como "aptitudes excepcionales", y engloban tres tipos de conceptos: la precocidad intelectual, la superdotación y el talento, cuyas diferencias hemos explicado previamente aquí.
Aunque el término "altas capacidades" es el que habitualmente se utiliza en el ámbito académico, también pueden emplearse otros como "altas capacidades intelectuales" o "alto potencial de aprendizaje".
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