Hace poco difundíamos la circular de la directora de un colegio pidiendo a las familias que arroparan a un niño de cuarto de primaria quien "a partir del lunes sería una niña". En este caso son los propios padres de una niña vizcaína quienes han decidido dar una gran paso para acompañar a su hija de cinco años quien no se siente identificada con el sexo con el que nació.
Escribieron una carta a los demás padres de la escuela a la que asiste su hija contando su historia, pidiendo respeto y que la llamen a partir de ahora por el nombre que ha elegido y no por el que ellos reconocen, le asignaron por error. La transexualidad infantil todavía cuenta con muchos prejuicios, por lo que el apoyo del entorno familiar y más cercano del niño como es la escuela es clave para contribuir a la aceptación de los niños transgénero.
Los padres comienzan así la carta:
"Os escribimos a vosotros y a vosotras porque nuestra hija, a la que conocéis, es compañera de vuestro hijo o hija. No, no nos hemos confundido: la niña. Nos equivocamos en su día, hace ya cinco años y un mes, cuando pensamos que era un chico, le pusimos de nombre Jon (nombre ficticio) y le traspasamos la ropa de su hermano, y no la de su hermana…
Continúan explicando que lo supieron desde muy temprana edad, prácticamente desde que la niña comenzó a hablar: “pese a haber nacido con pene su primera frase fue “ni neska naiz” (Yo soy una niña).
"No sabríamos precisaros exactamente cuándo, si al año, al año y medio o a los dos años, pero muy pronto vimos, supimos y comprendimos que nuestro hijo, como le llamábamos entonces (y como le hemos estado llamando hasta hace escasos días), era una niña. Una niña con pene, es cierto. Ni la primera ni la última. Pero una niña".
Y continúan expresando que ella los ha guiado y que ellos se han limitado a acompañarla con naturalidad y creando un espacio en el que se sintiera segura:
"Ella ha marcado los tiempos. Sus tiempos. Ella ha decidido qué hacer en cada momento. Nosotros nos hemos limitado a acompañarle, a arroparle...
Al principio, solo se manifestaba como chica cuando se sentía protegida, en espacios de confort (nuestra casa, la casa de sus abuelos.... o de vacaciones, donde nadie sabía si era niño, niña, de Zornotza o de Sebastopol…).
El siguiente paso le llevó a vestirse como lo que se siente y como lo que es, una niña, en aquellas ocasiones en que ella, observadora, había detectado que la gente se vestía de forma... especial…
Si nos hubiésemos encontrado este agosto, habríais visto a nuestra hija con un bikini naranja, un vestido blanco o una falda rosa. Lo que queremos explicaros con estos ejemplos es que pasaba automáticamente a ser niña en el preciso instante en que se sentía a salvo del ‘qué dirán’, en cuanto se sentía acompañada por las personas que ya conocíamos su ‘secreto’.
Una "decisión que ha adoptado libre y felizmente"
Piden al resto de padres de la ikastola (escuela) a la que asiste su hija que se respete la decisión de la niña y que la traten como lo que es, una niña. Con ello pretenden que los padres hablen con sus respectivos hijos para crear un clima de tolerancia y respeto hacia su compañera.
"No estamos en posición de exigiros nada, y menos aún en aquello que incumba a la educación de vuestros hijos e hijas. Tampoco os pedimos comprensión, aunque mentiríamos si dijéramos que no la agradeceríamos. Sí nos atrevemos a animaros a que respetéis la decisión que ha adoptado libre y felizmente y a que, a partir de ahora, le llaméis por su nombre, y le tratéis como lo que es y lo que quiere ser, una persona normal y feliz."
Unos padres que no han hecho más que apoyar a su hija con sensibilidad en un proceso que no debe ser fácil. Creo que son un gran ejemplo de valentía, tanto ellos como su hija, y que gestos como este contribuyen a concienciar sobre la transexualidad infantil. Tal vez pronto no hagan falta cartas para pedir la comprensión de los demás.
Transexualidad en niños pequeños
Lo que más llama la atención de estos casos es la edad tan temprana a la que comienzan a darse las primeras señales de transexualidad.
Según indica Juana Martínez Tudela, especialista en Psicología Clínica de la Unidad de Identidad de Género del Hospital Carlos Haya de Málaga, pueden aparecer conductas y manifestaciones a los cinco años de edad o incluso antes. Algunos expertos indican que ya a los dos o tres años pueden aparecer señales, ya que es la edad en la que comienzan a desarrollar su identidad sexual.
Vía | Naiz
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