¿Tienes frío en casa aún con la calefacción a 20 grados? Revisa estas cuatro cosas que hacen la diferencia

Estamos a un mes de iniciar el invierno, pero el frío ya ha llegado y, además de abrigarnos más, en muchos hogares ya hemos encendido la calefacción para sentirnos cómodos y calientitos.

Sin embargo, a pesar de que hemos encendido la calefacción y la tenemos en una temperatura que se considera agradable y lo suficientemente alta para estar cómodos, en algunos casos seguimos pasando frío.

Antes de aumentar los grados -y en consecuencia, aumentar también nuestra factura de luz-, hay que revisar si esa sensación de frío puede deberse a las siguientes cuatro cosas que podemos ajustar o corregir.

1) El aislamiento de casa

Muchas veces, el origen de esa sensación de frío tiene que ver con el aislamiento que tenemos en casa, ya que si esté no se ha hecho correctamente o se ha ido deteriorando con el tiempo, puede dejar escapar el calor almacenado.

Por ello, habremos de revisar las zonas o áreas comunes en las que esto puede estar fallando: desde las paredes (si están frías al tacto pueden estar mal aisladas) hasta las ventanas y el suelo, especialmente si estamos en la planta baja.

2) El nivel de humedad

Como lo mencionábamos en otro post, durante el invierno los niveles de humedad en casa aumentan, ya que ésta suele quedar atrapada dentro. Entre los inconvenientes que esto puede generar, encontramos que también afecta nuestra sensación de frío, tanto en sus niveles altos como en los bajos.

Si el aire es muy seco, algo que sucede con frecuencia al usar la calefacción, la piel se deshidrata con mayor facilidad y acentúa la sensación de frío. Si, por el contrario, hay humedad en exceso, ésta puede enfriar paredes y superficies, haciendo que la habitación en general se sienta más fría.

Idealmente, habremos de mantener un nivel de humedad del 40 al 60% durante el invierno, algo que podemos lograr usando un humidificador o deshumidificador según sea necesario.

3) Las corrientes de aire

Foto | Karolina Grabowska en Pexels

Otra razón común por la que es posible que estemos pasando frío dentro de casa, es que exista alguna corriente de aire que haga que baje la temperatura general.

En este sentido, es importante revisar puertas y ventanas para asegurarnos de que no haya algún hueco que sea el responsable de crear esas corrientes de aire frío y, en caso de haberlo, instalar burletes o cinta aislante para evitar que esto continúe.

4) Nuestra percepción del frío

Finalmente, algo que tiene que ver más con nosotros que con la estructura y condición de nuestra casa: nuestro estado físico y mental. Pasa que, en ocasiones, esa sensación de frío es algo que está relacionado con nuestra salud.

Por ejemplo, cuando nos sentimos fatigados o estresados, nuestro cuerpo tiene mayores dificultades para regular su temperatura interna, lo que nos hace sentir que el ambiente está más frío de lo debido. Si este es el caso, un buen descanso puede ayudarnos, así como consumir alimentos que aporten energía y bebidas reconfortantes.

Por otro lado, también tenemos que tomar en cuenta nuestra edad, pues a medida que envejecemos el metabolismo se ralentiza y nuestro cuerpo produce menos calor. En este caso, quizás una capa más de ropa nos ayude a mantenernos calientitos.

Foto de portada | Pavel Danilyuk en Pexels

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