Últimamente el anuncio de los Conguitos es visto como políticamente incorrecto, aquellos negros indígenas que bailan pidiendo que se los coman porque están “requetebién”. Pues tampoco ha hecho mucha gracia este anuncio de chocolates en el que aparece un bebé negro.
El gracioso bebé que aparece en la campaña publicitaria es hijo de dos empleados de una de las panaderías de la franquicia Raddatz en Namibia. Ellos se mostraron encantados de que su retoño protagonizara esta campaña de pastelitos denominados “sueños de chocolate”. Poco imaginaron lo que sucedería cuando el anuncio traspasara fronteras…
En cuanto la publicidad del producto ha sido expuesta en Alemania, ha despertado una ola de protestas porque los clientes lo consideran «racista» y «pedófilo», según puede leerse en varias pintadas.
Fue este fin de semana en la localidad alemana de Gröditz, a unos 60 kilómetros al norte de la capital sajona de Dresde, cuando se empezó a comentar el «mal gusto» de la campaña publicitaria. Los comentarios degeneraron en discusiones y gritos con las dependientas, que intentaban impedir que algunos exaltados destrozaran los carteles.
A través de las redes sociales se han extendido las protestas por las ciudades alemanas en las que Raddatz cuenta con sucursales, y varios locales han sufrido destrozos, se han producido amenazas telefónicas y el boicot afecta a todos sus productos.
El portavoz de la empresa familiar, Christoph Raddatz, sin comprometerse a retirar el anuncio, ha explicado que no son racistas y que el choque viene por las culturas tan diferentes:
Quizá algún cliente haya encontrado inapropiada la campaña de publicidad, pero les aseguro que no somos una empresa racista. Desde hace años participamos en proyectos sociales en los países de África en los que tenemos presencia comercial y en los que estamos muy comprometidos. Esta misma fotografía ha sido expuesta en nuestras tiendas en Namibia y allí no le ha chocado a nadie. Se trata de una diferencia de percepción cultural.
Le doy vueltas y no sé si es políticamente correcto este anuncio o no, a mí me parece correcto desde el momento en que los padres están de acuerdo en que su bebé protagonice una campaña que no tiene nada de impúdica, insinuante o racista, a mi parecer.
Lo peor, las muestras de intolerancia (¿precisamente de aquellos que pugnan por la tolerancia?) ante el anuncio. Ya no hablamos de racismo (que no creo que haya por ningún lado) sino de educación, de respeto, de no perder los papeles y convertirse en un energúmeno.
Especialmente en una sociedad multicultural como la alemana me sorprende que se llegue a estos extremos. ¿Quiénes se sienten ofendidos por el anuncio? ¿Son blancos, negros, amarillos? ¿Ven fantasmas donde no los hay? ¿O es que yo no veo los fantasmas? ¿Hubiera provocado algo similar un anuncio con un bebé blanco anunciando pastelillos de nata?
La verdad es que el bebé que protagoniza este anuncio de pastelillos de chocolate está para comérselo, y los bombones ni te cuento. Y si los padres están conformes con su aparición estelar, dejémonos de ver fantasmas donde no los hay…
Vía | El Mundo
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