Abuelos, ¿cómo era todo cuando erais niños? 15 cosas que tus nietos no entenderán
Siempre ha habido una gran diferencia entre la generación de los abuelos y la de los nietos, es lógico pues hay que tener en cuenta que las separan un número considerable de años, que la sociedad avanza y que lo más normal es que si a un padre le cuesta entender a su hijo adolescente a un abuelo lo considere como un verdadero marciano.
Recuerdo cuando mi abuela nos contaba como era la vida cuando ella era niña. Abuela, ¿cómo era tu mundo cuando eras niña? Porque tu sabías que ese mundo debía de ser extraño, pero nunca te imaginaste que lo fuera tanto, que no hubiera televisión o que sólo algunos niños fueran al colegio. Pero todo esto no es exclusivo de nuestros hijos y sus abuelos, sino que quizás un día seamos nosotros los abuelos y nuestra infancia les suene a chino a nuestros nietos cuando nos pregunten, abuelos, ¿cómo era todo cuando eráis niños?.
No tengo muy claro que muchas de las cosas que enumero a continuación y que supongo ya no existirán con mis nietos, sean un adelanto o un atraso (salvo el Furby, ese está claro que ha sido todo un adelanto. Suponiendo que ya no exista) No creo que nada sea bueno o malo, sino que cada cosa tiene un momento y un lugar y que probablemente en unos años, el mundo que vean nuestros ojos no se parezca en nada a este.
Pues nosotros escuchábamos música en cintas de cassete que había que rebobinar y vinilos que había que darle la vuelta cada vez que los querías volver a escuchar.
Por eso le tenemos tanto cariño a los bolis BIC. Para llevar toda la música que lleva tu smartphone en este momento teníamos que llevar media docena de maletas tamaño luchador de sumo.
Durante gran parte de mi infancia teníamos dos canales de TV y no solo había programación infantil durante un par de horas.
Eso si, la mayor parte de la programación era para todos los públicos, ni programas como Sálvame, ni películas con la violencia explícita que existe ahora. Escuchar un taco en la televisión era motivo de tertulia en el café del desayudo al día siguiente. Tampoco había mando a distancia ni eran táctiles, es más, nosotros éramos el mando a distancia. Lo se, no se cómo pudimos sobrevivir.
La primera vez que vi un mcDonalds tenía 15 años y se lo conté a toda mi familia
Era tan raro encontrar un establecimiento de este tipo que conozco a gente que fue de peregrinación cuando se enteró que habían abierto uno.
Los parques eran de arena, los columpios de metal y madera
Si te caías, te limpiabas, saltabas un poco hasta que se pasaba el dolor y seguías jugando. No se denunciaba a nadie, ni se terminaba en comisaría porque hubiera un tornillo fuera de sitio. En algo si que hemos mejorado.
No existían los móviles
Si querías hablar con alguien tenías que llamarlo a casa o a la oficina y esperar que estuviera en ese momento. Como solo había un teléfono para toda la familia tenías que esperar a que el otro terminara de hablar, algo que podía ser desesperante (sobre todo cuando uno de los hermanos tenía novio o novia) Y según mi abuela éramos unos afortunados, pues para hablar con ella teníamos que llamar a la vecina y que esta la fuera a llamar. Y eso de Skype, el ver a alguien mientras hablabas con él, ni siquiera podíamos imaginarlo.
Los coches no llevaban GPS, si no sabías dónde tenías que ir o llevabas un mapa o preguntabas a quien si lo supiera.
¿Que locura, verdad? Ahora sabemos dónde estamos cada uno en cada momento, podemos ver si el abuelo se ha ido a por el pan o está con sus amigos por ahí o si vamos por el camino correcto al colegio, algo que viene muy bien, pero que sinceramente creo que no siempre es bueno.
Nos pasábamos horas jugando al juego de la serpiente en el móvil.
Todo tecnología punta, de aquella época.
Los fines de semana eran geniales porque tus padres alquilaban una película y la veíamos todos en familia.
Lo que te desesperaba eran las semanas que podían pasar hasta que estaba libre la peli que querías ver. Ah, no te lo había dicho, sólo había cierto número de copias y no podías verla cuando querías. El truco estaba en hacerte amigo del dueño del videoclub y que te la reservase.
Con ocho años yo iba solo al colegio y llevaba a mi hermana pequeña al suyo
Si, eran otros tiempos en que la gente no tenía tanto miedo y los niños teníamos que hacer muchas cosas que ahora ni siquiera e pasan por vuestra mente. Aunque no te lo creas, había niños que al volver del colegio ayudaban a sus papás en sus trabajos.
El mejor regalo que podían hacerte era una bicicleta
También había otros, como patines y monopatines que se le acercaban, peo ninguno le hacía sombra a la bicicleta. Nos pasábamos las tardes por ahí con los amigos y volvíamos para comer. Y pedaleábamos de verdad y no con esos juegos de las consolas de ahora.
Tu abuela y yo nos escribíamos cartas, a mano
Si, has oído bien escribíamos a mano, en papel y con bolígrafo, que según la edad iba cambiando de color. Es más, a cierta edad el que tenía el bolígrafo multimina o multicolor más grande era el amo y no era de extrañar ver cartas escritas cada párrafo en un color, con corazones y dibujos varios. No pongas esa cara, luego vino el whatsapp y copió lo de los dibujines pero eliminó la fuerza que tiene un texto escrito a mano.
En el colegio llevábamos la cartera llena de libros que pesaban un montón.
Si, tardaron unos años en darse cuenta que llevar tanto peso era nefasto para la espalda de un niño, así que ahí íbamos todos con nuestras mochilas a cuestas, espero que ahora llevéis algún libro, eso si, como lectura para que sigáis sintiendo ese amor por la lectura y que esos libros rígidos de ciencias, lengua y mates hayan pasado a la historia como muchas otras cosas.
Los coches no estaban adaptados a nosotros
No, no íbamos en sillas especiales, incluso muchos de nosotros ni siquiera usábamos cinturón.
Den las gracias porque se han librado de cosas como el Furby y los tamagochis
No sabéis el suplicio que eran, el Furby no callaba ni debajo del agua y los tamagochis era como tener un mascota pero sin lo bueno de la mascota.
Muchos padres creían que pegar a los niños era necesario para educarles
Queridos nietos, espero de corazón que esto realmente os suene a chino y me pongáis ojos como platos el día que lo oigáis, porque eso significará que realmente habremos ido hacia mejor.
Estas son algunas de las cosas que creo les sonarán a chino a mis nietos. ¿Cuáles pensáis que serán en vuestro caso?
Foto | thiNStock En Bebés y Más | Aquellos maravillosos años: la playa, Aquellos maravillosos años: Diez tremendas reglas de paternidad de otra época