Cuando llegas a casa con tu recién nacido, estos son los únicos 11 consejos que debes escuchar
Cuando sabemos que un bebé viene en camino, hacemos lo posible por prepararnos para la gran aventura que estamos por iniciar. Nos leemos blogs, sitios web especializados, libros y revistas, esperando absorber todo el conocimiento posible que nos pueda ayudar en los próximos meses.
Desde luego, tampoco faltan los consejos de familiares y amigos, cuya intención no es otra sino la de apoyarnos y prepararnos para el momento en que nazca nuestro bebé. Pero recibir, leer y escuchar tantos consejos, puede ser agobiante y hasta confuso.
Por eso, y pensando en esas primeras semanas y meses, hemos preparado una lista de los únicos 11 consejos que debes escuchar, para el momento en que vuelves a casa con tu recién nacido.
Escucha a tu bebé
Comienzo la lista con este consejo, porque a veces estamos tan enfocados en escuchar lo que nos dice todo el mundo, que nos olvidamos de realmente escuchar lo que nos dice la personita que más nos necesita en estos momentos: nuestro bebé.
Es cierto que nadie nacemos sabiendo ser madres o padres, pero también es cierto que mucho de la crianza y cuidado de los hijos es aprendizaje puro y real, que vamos adquiriendo sobre la marcha y de su mano. Así que además de tomar en cuenta lo que otros dicen (porque tampoco hay que ignorarlos totalmente), pongamos especial atención a las necesidades que nos va mostrando nuestro hijo.
Atiende siempre sus necesidades
Aquí es donde hablo en contra de uno de los "consejos" que más detesto: el no llevar a nuestro bebé en brazos mucho tiempo porque "se malcría". Los bebés no se malcrían, ni chantajean, ni nos están manipulando.
Los bebés nos necesitan, y como sus cuidadores, debemos atender siempre sus necesidades físicas y emocionales, sin temores absurdos a que se malacostumbren a los brazos. Recordemos que los brazos son una necesidad básica para los bebés, como comer y dormir.
Sé paciente con ambos
¿Recuerdas que dije que nadie nace sabiendo ser padre o madre? Pues tampoco lo hacemos cuando nace el bebé, ni sabremos hacerlo todo como por arte de magia en el instante en que finalmente le tengamos en brazos. Como mencioné unas líneas atrás, mucho de la crianza se aprende sobre la marcha.
Así que recuerda ser paciente con ambos: contigo y con tu bebé. Y esto lo digo especialmente para las madres, pues nosotras volvemos a nacer a la par del nacimiento de nuestros bebés.
Confía en ti
Cuando nos convertimos en madres y padres por primera vez, es muy normal tener cientos (¡o miles!) de dudas acerca del cuidado de nuestro bebé, al grado de sentirnos abrumados o ansiosos.
Pero tenemos que ir poco a poco aprendiendo a confiar en nosotros, escuchando nuestro instinto y creyendo en nuestras capacidades para hacer las cosas.
No dudes en pedir ayuda
Hay algo muy curioso que nos sucede a muchas madres primerizas: no sabemos -o no queremos- pedir ayuda durante el postparto. Por alguna razón, que puede ir desde el miedo hasta la desconfianza, nos negamos a pedir ayuda, en una etapa en la que la necesitamos más de lo que pensamos.
Dejemos de lado los miedos y la inseguridad. Nadie va a pensar que somos malas madres si pedimos ayuda, ni que no tenemos la capacidad de cuidar a un bebé. Pedir ayuda es un acto muy normal y, en mi opinión, responsable, ya que sabemos reconocer cuando nuestro cuerpo y mente necesitan un descanso.
Prioriza y delega
Un consejo que va de la mano del anterior: aprende a delegar y a priorizar. Si lo puede hacer alguien más, que lo haga. Si algo puede esperar o no es urgente, déjalo para después.
En este momento, lo más importante son mamá y bebé, así que a ponerlos en lo más alto de la lista de prioridades y aceptar esas valiosas visitas de ayuda, para que nos apoyen con algunas de las cosas típicas de la casa, como las labores del hogar, que en este momento no podemos atender.
No temas preguntar si tienes dudas
Hay muchas cosas que no sabemos sobre el recién nacido, ¡y es completamente normal! Es prácticamente alguien desconocido, del que vamos aprendiendo poco a poco. Pero en materia de salud, no dudes en consultar al médico si notas algo extraño en el comportamiento o aspecto de tu bebé.
Incluso si sientes que es una pregunta absurda o que es algo que "deberías" de saber, te aseguro que tu duda es completamente válida, y como tú, también han acudido al pediatra decenas de padres con las mismas dudas acerca de su bebé.
Está bien desconectar de todo lo demás
Cuidar de un recién nacido es una de las responsabilidades más demandantes y absorbentes que existen, y es bastante usual o normal que nos "perdamos" en ese mundo, especialmente durante los primeros meses. Y por perdernos, me refiero a desconectar del resto del mundo.
No debes sentirte mal si durante esa etapa de adaptación te pierdes de algunas cosas o te atrasas en noticias, tanto del mundo como de tus amigos, estás conociendo a tu bebé y reconociéndote a ti. Ya habrá tiempo para todo lo demás.
Sé amable con tu cuerpo
Este consejo es específicamente para las madres. Así como tú volviste a nacer a la par de tu bebé, tu cuerpo también tuvo una experiencia similar, pasando por una de las transformaciones más grandes que existen.
Es normal que al inicio te sientas fuera de lugar o desubicada. Nada luce como antes lo hacía, hay muchas cosas que duelen o no son como solían ser, pero esto no es algo negativo. ¡Tu cuerpo dio vida! Recuerda ser amable con él, amándolo tanto como amabas tu barriguita cuando llevaba a tu bebé dentro.
No te olvides de ti
Sé que en este momento es difícil pensar en alguien más aparte del bebé, pero como dije algunos consejos atrás, en esta etapa son dos personas las que importan y son prioridad: mamá y bebé.
Así que no te olvides de ti, así como dedicabas tiempo para ti en el embarazo, también es recomendable hacerlo en esta etapa. Pide ayuda para que te cuiden a tu bebé y delega cosas, para que puedas descansar y mimarte de vez en cuando.
Recuerda que es solo una etapa
Finalmente, un consejo que es más como un recordatorio, pero que puede serte muy útil con un recién nacido en casa, especialmente en esas largas y eternas noches en las permaneces despierta: es solo una etapa.
La maternidad no es como el postparto, aunque ahora puedas sentir que no ves las cosas claras y que este cuarto trimestre no parece tener fin. Te prometo que lo tiene, y cuando menos lo esperes, esta etapa de recién nacido habrá terminado, así que recuerda ser paciente y disfrutarla.