La vuelta al cole es el tema del momento, y es imposible no pensar en ello si tienes hijos en edad escolar. Llevo pensando en el regreso a las aulas desde que finalizara el curso pasado. Al principio me preguntaba ¿cómo sería la vuelta? o ¿qué cosas cambiarían con respecto a un inicio de curso normal?. Pero ahora ya no se ni qué preguntarme, porque mi cabeza es un auténtico hervidero de dudas.
Si digo que estoy enfadada con este tema me estaré quedando corta. Mis sentimientos van mucho más allá: me siento dolida, disgustada, aterrada, confusa, exasperada... Creo que las necesidades de los niños no han sido prioritarias para los políticos en ningún momento de la pandemia, y es indignante que a dos semanas de empezar el colegio, los padres sigamos sin respuestas.
Su salud emocional es muy importante...
Estos días hemos estado viendo imágenes de cómo los niños han vuelto a las aulas en otros países. Distancia de seguridad, uso de mascarillas, pupitres aislados... ¡e incluso urnas de plástico! Seguro que estáis de acuerdo conmigo si digo que es muy triste que cualquier niño deba comenzar el colegio en similares condiciones.
Durante el verano he obviado el tema del colegio y no he comentado mis dudas, preocupaciones y reticencias delante de mis hijos. Pero se acerca septiembre y con él el inicio de las clases, y es inevitable no hablar de ello en casa. Con la mayor delicadeza y naturalidad posibles les he explicado cómo está la situación, cuáles son los protocolos que se manejan y qué diferencias encontrarán entre el cole de antes y el de ahora.
He preferido abordar con ellos el tema con suficiente tiempo, con el fin de ayudarles a prepararse emocionalmente y aclarar todas las dudas que puedan surgirles. Mi hijo mayor comprende la situación y la acepta con resignación (y alguna que otra lágrima), pero los dos pequeños, de 5 y 6 años, se encuentran totalmente desubicados.
Y yo me pregunto, ¿cómo afectará a la salud emocional de un niño regresar a las aulas en las condiciones que estamos viviendo? ¿Es posible que niños de Primaria guarden distancias de seguridad, cuiden continuamente la higiene de sus manos, utilicen mascarillas cuando corresponda y dejen de hacer tantas cosas que hacían antes de que comenzara esta locura? (abrazar a un amigo, darse la mano, compartir un trozo de sándwich, prestarse los lápices...)
"Los niños se adaptan a cualquier cosa", me decía el otro día una amiga. Y es cierto; ellos tienen una increíble capacidad de resiliencia, pero en lo que respecta a este tema no puedo dejar de preguntarme hasta dónde son capaces de soportar sin que su salud emocional se vea resentida.
Pero también hay que velar por su salud física
Se apuesta por la presencialidad, pero en mi opinión, la mayoría de medidas que han anunciado las comunidades autónomas para garantizar la seguridad de alumnos y profesores son insuficientes.
Algunos territorios hablan de 'grupos burbuja' de hasta 25 alumnos, pero ¿qué clase de "burbuja" es esa? Sin vacuna, ¿realmente se puede asegurar la presencialidad en las aulas sin que los niños corran ningún riesgo?
A finales del curso pasado, la ministra Isabel Celaá aseguraba que mientras no hubiese una vacuna o un remedio para luchar contra el coronavirus los niños regresarían al colegio con la mitad de alumnos por aula. Cuatro meses después seguimos sin tener vacuna, y los datos sobre nuevos brotes empiezan a ser preocupantes. Sin embargo, desde el Gobierno ahora se insiste en la presencialidad como "objetivo irrenunciable" (aunque hace unos días ya se anunció que los alumnos de ESO podrían regresar de manera semipresencial).
Pero desgraciadamente, y tal y como están planteadas las cosas, la apertura de colegios podría traer rebrotes, por lo que son muchos los padres que se están viendo obligados a tener que decidir entre preservar la salud física de sus hijos -planteándose incluso no llevarles al colegio de forma presencial, a pesar de las amenazas que se están dejando entrever de abrir protocolos de absentismo a quienes opten por esta opción-, o enviarles al colegio de forma presencial para que recuperen la normalidad y la posibilidad de socializar con otros niños, aún a riesgo de que puedan contagiarse.
Familias y profesores queremos soluciones reales y eficaces
En todo este tiempo hemos visto a profesores muy indignados y preocupados por los protocolos de vuelta al cole en los que vienen trabajando las distintas comunidades autónomas. Reinan las dudas sobre si las medidas de prevención que poco a poco se van dando a conocer serán suficientes y adecuadas.
En Madrid, los sindicatos de profesores han convocado una huelga en los diferentes días de comienzo de curso, y la llamada Marea Verde, movimiento que defiende la educación pública, se manifestará en la capital el día 5 de septiembre por una "vuelta segura a las aulas, cien por cien presencial" y un Plan de Rescate nacional para la educación pública.
En general en toda España, los profesores lamentan que las ratios de alumnos por clase sean tan altas, además de no contar con suficientes profesionales ni espacios para poder desdoblar grupos y garantizar la distancia de seguridad entre alumnos. Ellos desean volver al colegio, pero no quieren que su salud y la de los niños pueda verse afectada por falta de medidas.
Y es que si los coles abrieran ahora mismo, ¿cuánto tardarían en volver a cerrar por culpa de un rebrote? ¿Qué ocurriría si un niño diera positivo y a su vez tuviera tres hermanos más en tres niveles diferentes? ¿Y si diera positivo un profesor que da clases a varios grupos? Y peor aún: ¿qué pasaría si se contagiara un niño o profesor con alguna patología de base y enfermara gravemente?
"¡Pero no podemos meter a los niños en una urna! ¡La vida tiene que continuar!, dicen muchos padres. Y así debería ser, pero desgraciadamente el virus sigue estando entre nosotros y conocemos lo que es capaz de hacer, por lo que en mi opinión, toca buscar soluciones acordes a los tiempos que estamos viviendo, mal que nos pese a todos.
Dudas y caos a falta de dos semanas para que comience el curso
Este verano ha sido muy diferente para muchas familias, entre ellas la mía. No nos hemos ido de vacaciones, no hemos frecuentado terrazas ni restaurantes, hemos limitado al máximo las reuniones sociales y familiares, y siempre que nos hemos juntado con otras personas lo hemos hecho respetando la distancia y usando mascarillas.
Mis hijos llevan sin tener contacto físico con sus abuelos, tíos, primos o amigos desde el mes de febrero. Los ven con distancia de seguridad de por medio, pero no se tocan ni se besan. ¡Lo están deseando!, pero considero que es nuestra obligación acatar todas las medidas preventivas posibles para evitar contagios, pues habiendo casos asintomáticos nunca sabemos dónde puede encontrarse el virus.
El Presidente Sánchez afirma que "los niños van a estar mucho más seguros en los colegios" que en cualquiera de los entornos en los que han estado durante el verano. Pero lo cierto es que cuando pienso en un regreso a las aulas tal y como está la situación ahora mismo, con tantas dudas en el aire y unas medidas de seguridad que, en mi opinión, dejan mucho que desear, no puedo evitar sentir un escalofrío.
En todo este tiempo, en Change.org se han publicado numerosas peticiones relacionadas con una vuelta al cole segura. La última que circula entre los grupos de whatsapp es la que pide un regreso voluntario a las aulas, de manera que las familias tengan la posibilidad de elegir entre enseñanza online o presencial, según sus circunstancias y necesidades.
Y es que son muchos los padres cuyas condiciones laborales y personales nos permitirían atender la educación de nuestros hijos desde el hogar, liberando espacio en las aulas para los alumnos que acuden de forma presencial y minimizando con ello las posibilidades de contagio.
Por otro lado, creo que es fundamental que niños y profesores trabajen en grupos burbuja realmente reducidos, y que mientras las condiciones climatológicas lo permitan, las clases se den al aire libre. También deseo que se haya trabajado en mejorar la educación virtual que tuvimos el curso pasado, pues si bien es cierto que la situación obligó a los colegios a improvisar sobre la marcha, ha habido tiempo suficiente para mejorar las carencias que quedaron al descubierto con esta forma de enseñanza.
Pero a día de hoy, para la mayoría de padres la vuelta al cole sigue siendo una incógnita. Hay dudas sobre si los niños volverán de forma 100% presencial, dudas y confusión sobre cuándo regresarán (por un lado, Educación no planea retrasar el inicio de curso, pero comunidades como La Rioja o Madrid ya han anunciado que algunos niveles comenzarán más tarde) y miedo sobre si las condiciones en los colegios serán realmente seguras.
Dentro de dos días el Gobierno y las CC.AA se reunirán para hablar sobre este tema tan importante y prioritario... a una semana de comenzar el curso escolar. Los padres tenemos la vista puesta en esta reunión pues esperamos encontrar por fin respuestas claras a las numerosas incógnitas que este tema nos plantea.
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