Los modelos de familia han ido evolucionando con el paso de los años y actualmente podemos encontrar diversos tipos: tradicionales, monoparentales, separadas, homoparentales y ensambladas o reconstituidas, por mencionar algunos ejemplos.
En el caso de las últimas familias, uno o ambos padres tienen hijos de una relación anterior, y en algunos casos, posteriormente tienen más hijos en conjunto, que convierten en “medios hermanos” de los primeros hijos. Sin embargo, aunque este término se usa comúnmente, podría tener una connotación negativa para los niños, por lo que nos ha parecido muy acertada la reflexión de una madre, que nos invita a llamarles simplemente “hermanos.
“Son hermanas completas que se aman una a otra con todo su corazón”
La reflexión de la que hablo, fue publicada en PopSugar, un sitio web en inglés acerca de estilo de vida, en la que la autora comparte por qué no le gusta que llamen a sus hijas medias hermanas, a pesar de ser el término “formal”.
En su escrito, ella menciona que el motivo principal por el que no le gusta que las personas usen ese término, es la incomodidad y molestia que éste ocasiona en su hija mayor cuando se refieren su segunda hija, a quien tuvo tras divorciarse y volver a casarse.
Y es que para su hija mayor, quien le lleva 8 años de diferencia a la menor, resulta molesto cada vez que alguien pregunta por su “media hermana” y no comprende por qué las personas tienen la necesidad de marcar esa diferencia entre ellas:
“> Nosotros no usamos el término “media hermana” porque estas niñas no son la mitad de nada. Son hermanas completas que se aman una a la otra con todo su corazón. Ellas juegan y se muestran afecto como hermanas. Claro, no tienen el mismo padre, pero eso no tiene ninguna influencia en su vínculo. Ese hecho también está fuera de su control. Ellas tomaron el papel de hermanas de forma tan natural y amorosa, ¿por qué los demás no pueden aceptarlo y hacer lo mismo? Mis chicas son hermanas. Punto. > > ”, comenta en su reflexión.
Y es que al usar este término, no solo hacen notoria esa diferencia entre ellas, sino que también, pueden influir en el sentir de los niños acerca de la dinámica familiar, algo en los que los padres de familias reconstituidas siempre trabajan para hacer de su hogar un entorno amoroso y con vínculos fuertes.
Una experiencia personal
Esta reflexión me gustó no solamente porque también pienso que no es necesario remarcar o recordar a los niños constantemente que son de diferente padre o madre, sino porque es algo con lo que me puedo identificar.
Cuando yo era niña, supe que mi papá tenía otros hermanos de matrimonios anteriores de mi abuelo, pero nunca lo escuché referirse a ellos como sus “medios hermanos”, solamente como hermanos y ya. Entonces, para mí se volvió algo natural no hacer la referencia y tampoco decirles “medios tíos”, que según la nomenclatura del parentesco en español, es el título que deberían tener.
Actualmente soy divorciada (algo de lo que ya he hablado aquí anteriormente), pero en algún momento tuve una familia reconstituida, pues el padre de mi hija tiene tres hijas de una relación anterior. Desde que estaba embarazada, siempre manejamos que las niñas ahora tendrían otra hermana, así, sin poner medios títulos.
Cuando mi hija nació y conforme fue creciendo, siempre nos referimos a las cuatro como hermanas, sin marcar ninguna diferencia entre ellas y tratándolas a todas por igual, pues naturalmente buscábamos hubiera una buena relación entre ellas. Además, ¿cuál era la necesidad de añadir ese “medio” a lo que son?
Ahora ya no estamos juntos y las cuatro no conviven con frecuencia, pero cuando hablamos sobre ellas, continuamos refiriéndonos a ellas como hermanas, porque ese es el vínculo que lo une.
Así que coincido con esta madre: dejemos de llamarles “medios hermanos” y solo digámosles “hermanos”, pues al final de todo, son parte de una familia y lo que se busca es formar un lazo entre ellos, no poner en evidencia sus diferencias.
Fotos | Pexels
Vía | PopSugar