Cuando me preguntan sobre la educación en casa o homeschooling la mayoría de los padres están preocupados por las posibles desventajas, pero creo que es importante también hablar de las cosas maravillosas que el homeschooling ha traído a nuestras vidas. Por eso hoy os cuento las tres mejores cosas que la educación en el hogar le ha dado a mi familia.
Educación personalizada
Es el ideal y hoy los pedagogos más avanzados y las mentes más preclaras lo señalan. Es indispensable personalizar la educación.
Y no me refiero a adaptar un poco el curriculum al nivel del niño, pasarlo de curso o darle más tareas (o menos) si su nivel no es el mismo que el de la mayoría de la clase o de lo que señala el sistema. Personalizar es personalizar.
Personalizar es dejar que el niño se pueda apasionar por un tema y tenga tiempo y motivación para convertirse en un especialista en esto. Acompañarlo tirando del hilo para que desde su centro de interés se le abran muchos contenidos y propuestas nuevas. Eso es verdaderamente personalizar la educación.
Pongamos un ejemplo. Hoy nosotros hemos estudiado la batalla de Maratón. Hemos visto una película, hemos atendido a una clase online de una universidad americana a través de la plataforma de Coursera, hemos visto un documental.
Eso nos ha llevado a preguntarnos sobre la historia de los ejércitos y las técnicas de guerra. De ahí, a la fabricación de las armas, la metalurgia y su práctica.
La oratoria, la política, la democracia y la dictadura, un poco de filosofía leyendo a Aristóteles. Hemos representado con los playmobil el orden de batalla. Hemos revisado un poco el alfabeto griego y hemos saltado, no se sabe como, a la balística y la dureza de los metales. Eso es tirar del hilo.
La personalización de la educación permite adaptarse a los ritmos y la curiosidad del niño, potenciando sus talentos y reforzando las áreas en las que tiene menos competencia, sin hacerlo por notas o competitividad, sino por placer.
Un niño puede tener un gran talento para el área verbal y ser un apasionado del diálogo o la Historia, pudiendo en esto tener contenidos posiblemente por encima de lo esperado en su edad (por ejemplo, mi hijo hace cursos de nivel de bachillerato en algunos temas) pero en plástica o matemáticas seguir un programa similar al de su teórico curso y una programación curricular "standard".
Podemos personalizar la educación y eso es maravilloso. Ojalá la escuela pronto pueda lograr tener medios y esquemas que le ofrezcan eso a todos los niños pues de verdad lo merecen y lo disfrutan.
Libertad de horarios
Una de las cosas que he escuchado a favor de la escuela es que los niños deben acostumbrarse a madrugar para poder luego incorporarse al mundo laboral. Y la verdad, la libertad de horarios para mi es una gran ventaja de la educación en casa.
Os juro que, excepto un par de años espantosos, yo jamás he madrugado desde que terminé de estudiar. Siempre he buscado trabajos que se adaptasen a mi ritmo vital y, o eran flexibles, o eran de tarde o eran desde casa. Odio madrugar y mi hijo no es diferente. Podemos levantarnos tarde y aprovechar nuestras horas más lúcidas para aprender después de un buen paseo a la luz del día.
Además, la flexibilidad te permite dedicar unos días al estudio con intensidad y otros muy libres, estar con amigos 24 horas (se me avecina una semana de socialización y diversión que va a ser maravillosa). No tener que forzarte si te encuentras mal o cansado, dormir si lo necesitas, jugar largas horas sin presión de horarios.
Es la vida que a mi me gusta y desde luego es una ventaja para todos, poder elegir libremente la organización de nuestro tiempo de la manera, más o menos estructurada, que nos convenga.
Tiempo para compartir
Educar en casa permite organizar mejor el tiempo y poder pasar mucho tiempo juntos en actividades que no son, aparentemente, educativas. Comprar, pasear, charlar, ver una película comentándola, cocinar y comer juntos hace que los miembros de la familia compartan muchas experiencias a diario sin las presiones de horarios marcadas.
Y es que el tiempo juntos permite, sin duda alguna, conocerse mejor y estrechar lazos y compartir emociones. Eso es algo que ninguna familia debería perderse y, sin duda, racionalizar los horarios escolares y laborales debe ser un objetivo. Las familias necesitan pasar tiempo juntos, no las pocas horas que muchas veces tienen que arrancar al reloj.
Confío en que estas cosas que el homeschooling ha dado a mi familia y que nos hacen tan felices sean posibles para todos los niños y sus padres. Sin duda, un cambio educativo y productivo es la única manera de lograrlo. ¿Qué pensáis?
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