Mi experiencia con los pediatras poco amigos del colecho y la lactancia (II)

Mi experiencia con los pediatras poco amigos del colecho y la lactancia (II)
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El sueño, eso si que no lograban comprender que donde durmiera mi hijo era un asunto privado, tan personal como si ellos dormían o no con su pareja. Al principio me justificaba, alegando los estudios y libros que defienden que el sueño es un proceso evolutivo y que el colecho es una práctica que la humanidad siempre ha realizado hasta hace poco menos de 100 años en la sociedad occidental.

No importaba. Que mi hijo durmiera en la cama con los mayores le crearía toda clase de traumas y problemas piscológicos y psiquiatricos, además de una identidad sexual confusa. Y aunque es pronto para decir si le van a gustar las chicas o los chicos, aunque de momento se decanta por lo primero de forma notable, y aunque su caracter se parece demasiado al mio, muy raro no es. Es pacífico, con carácter, le gusta estar solo y le gusta jugar con amigos buenos, se considera con los mismos derechos que los adultos y les reclama si le tratan de forma que no cree adecuada, habla muy bien y le gusta aprender. Es normal, si consideramos que no a todos nos tienen que gustar las multitudes o el jaleo, pero eso lo relaciono con ser hijo mio más que con la forma en la que duerme.

Al final aprendí a hacerme la despistada. Si preguntaban que tal dormía, yo decía que muy bien, pues consideraba que los despertares son naturales hasta cierta edad. Si insistían que si dormía en su cama, ya empezaba a divagar. Pues claro que duerme en su cama, ¿donde quiere usted que lo ponga a a dormir, en el suelo?.

Si alguno seguía indagando si era en su cuarto, pues claro que si, duerme en su cuarto. Lo que no les importaba es si su cuarto lo compartía con sus padres, pues es un asunto personal, cultural y privado. Cuando percibía cierta apertura mental y solamente después que señalaran lo bien que estaba el niño en todos los aspectos, hablaba del colecho y la lactancia prolongada. Ya era tarde, una vez mi hijo hablaba y contaba cosas o yo aportaba un informe psicológico que señalaba que su desarrollo intelectual es superior a la media de edad, para que nos anatemizaran. Pero si no llega a ser así, me temo que cualquier problemilla de comportamiento o salud se lo habrían achacado al colecho o a la poca leche no humana que tomaba.

Al final he optado por buscar un pediatra comprensivo e informado que apoya la crianza de apego. Ha sido la única manera de no hacer de las consultas con el médico una ordalía.

La verdad es que no todos los pedriatras son tan poco amigos del colecho y la lactancia materna, o están tan mal informados, por eso como padres y madres, debemos asumir que la responsabilidad sobre la salud de nuestros hijos es, en última instancia, responsabilidad nuestra y debemos informarnos todo lo posible, contrastar fuentes y defender a nuestros hijos si creemos que el profesional no está actuando de forma correcta, buscando uno más adecuado y reciclado siempre que sea posible. Os aseguro que existen y cada vez son más.

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