Por qué hacer recados sin niños o darse una ducha a solas no debería ser considerado 'tiempo para mamá o papá'

Confieso que hasta hace relativamente poco tiempo no daba la debida importancia a la necesidad de encontrar ratos a solas que me permitiesen desconectar de la vorágine exterior y conectar conmigo misma. Asumía que al convertirme en madre me tocaba renunciar a mi propio tiempo, y los únicos momentos a solas que tenía era mientras hacía la compra o me daba una ducha rápida.

Quiero dejar claro que aunque hablo de mi experiencia como madre, lo cierto es que a mi marido le ocurría exactamente lo mismo, y el escaso tiempo a solas o en pareja que encontrábamos se debía siempre a la necesidad de hacer algún recado doméstico que no podíamos llevar a cabo con nuestros hijos.

Pero llegó un momento en que ambos nos dimos cuenta de que las cosas no podían continuar así y que encontrar tiempo para uno mismo no solo repercutiría positivamente en nuestro bienestar físico y emocional, sino también en el de nuestros hijos y en el clima de convivencia del hogar.

Disfrutar de tiempo para mí no es ir al supermercado sola

Cuando nos convertimos en madres, especialmente durante los primeros meses de vida de nuestros hijos, todo lo hacemos con ellos 'a cuestas', como se dice de forma coloquial. Comer mientras damos pecho a nuestro bebé, ir al baño con nuestro hijo aferrado a las piernas o incluso echar mano de un portabebé acuático para poder darnos una ducha sin escuchar a nuestro hijo llorar, son momentos que seguro que todas las madres hemos vivido en varias ocasiones.

Esta dependencia hace que no solo tengamos poco tiempo para estar a solas, sino que ese poco tiempo que tenemos lo invirtamos en hacer recados (comprar, ir al Banco, limpiar la casa...), acudir a citas ineludibles (como ir al médico o a una tutoría en el cole) o hacer tareas domésticas. En el mejor de los casos podemos aprovechar ese rato para darnos una ducha (sin entretenernos demasiado porque sabemos que nuestro peques no tardarán en aporrear la puerta) o incluso acudir a un fisioterapeuta para que nos arregle nuestro cuello contracturado (aunque esto ya es considero todo un lujo).

Y aunque en esos momentos es más que probable que hasta nos sintamos satisfechas de poder hacer algo sin los niños pegados a nosotras, lo cierto es que no es precisamente ese 'tiempo a solas' el que las madres necesitamos y el que siempre recomendados.

Tiempo a solas es poder hacer lo que nos gusta. Es relajarnos, disfrutar y desconectar llevando a cabo una actividad que realmente nos permita conectar con nosotras mismas y llenarnos de energía

Tanto si trabajamos fuera, como muy especialmente si trabajamos en casa (en donde a veces resulta más complicado 'desconectar' del entorno y relajarse) es necesario organizarse y encontrar un rato al día para nosotras mismas. Y para ello es fundamental poder contar con alguien que te ayude en el cuidado de tus hijos y saber delegar.

En mi caso, mi marido y yo decidimos organizar nuestros horarios para que todos los días ambos encontráramos nuestro ansiado y necesario momento a solas. Pero cuando esto no ha sido posible me ha tocado pedir ayuda a familiares o amigos, y reconozco que dar ese paso me llevó mucho trabajo.

Supongo que me ocurría por la creencia que tenemos de que los padres y las madres debemos dedicarnos completamente a nuestros hijos, y muchas veces se malinterpreta el deseo de querer estar a solas como algo egoísta, o como si nuestros hijos no fuesen importantes.

Además, consideraba que la ayuda estaba para esos momentos de urgencia en los que no tienes más remedio que acudir a otros, pero no era consciente de que también es urgente cuidarse a uno mismo y velar por nuestra propia salud y bienestar emocional.

Porque desear tiempo a solas no solo es algo que nos beneficia a nosotros mismos, sino que también es bueno para nuestros hijos, pues nuestro estado emocional termina impactando en ellos y en el bienestar de toda la familia.

También es importante disfrutar de tiempo en pareja

Una vez adquirido este hábito de autocuidado diario, mi marido y yo quisimos hacer lo mismo con el tiempo en pareja. Cuidar la relación es igual de importante que dedicarse tiempo a solas, aunque también suele ser más complicado encontrar momentos de calidad, pues no siempre se puede contar con una red de ayuda para ocuparse de los niños.

Nosotros comenzamos con pequeños planes de apenas unas horas, como ir al cine o salir a cenar. Poco a poco nos atrevimos con planes que incluían pasar toda la mañana o la tarde fuera de casa, hasta que dimos el salto de disfrutar de nuestras primeras vacaciones sin niños, siete años después de habernos convertido en padres.

Hasta ese momento no me había sentido cómoda con la idea (no me resultaba fácil separarme de mis tres hijos durante varios días, cuando jamás habíamos pasado una sola noche separados), pero la experiencia mereció tanto la pena, que desde entonces hemos procurado repetirla todos los años. Sin duda, es algo que recomiendo hacer a todas las parejas cuando ambos se sientan preparados para dar este importante paso.

Porque madres y padres no debemos dejarnos nunca para el final. Recuerda, si nosotros estamos bien, nuestros hijos también lo estarán.

En cualquier caso, y con independencia del plan que cada uno elija, creo que es muy necesario encontrar tiempo de calidad, tanto para uno mismo como para la pareja. Unos días será más y otros menos, pero cuando logras dar respuesta a esta importante necesidad, os aseguro que se produce un gran cambio.

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