Por qué no me gusta que mi hija de cinco años utilice un teléfono móvil como juguete
Hoy en día la tecnología forma parte de muchos hogares. Su impacto en nuestra vida ha sido tan grande, que muchos trabajo dependen totalmente de ella y dentro de casa la mayoría de las familias cuenta con algún dispositivo electrónico. Sin duda, son una herramienta muy útil que nos sirve para diversos aspectos de nuestro día a día.
Sin embargo, como muchas otras cosas de la vida, debe ser usada de forma responsable. En Bebés y más hemos hablado en varias ocasiones acerca de las posibles consecuencias de un uso inadecuado o excesivo de pantallas por parte de los niños, sin embargo, aunque muchos tenemos claro su uso, hay otras personas que no lo terminan de comprender y lo prestan a nuestros hijos.
Por ello, y porque me he encontrado en esta situación algunas veces, hoy quiero compartir por qué no me gusta que mi hija de cinco años utilice un teléfono móvil como juguete, y por qué debes preguntar antes de prestarlo a un niño que no es tu hijo.
Un teléfono móvil no es un juguete
Hace algún tiempo te compartía aquí mismo por qué no estaba en mis planes comprarle una tablet a mi hija, que en aquel entonces tenía solamente tres años. Ahora ella tiene cinco años y sigo firme en mi decisión de no comprarle una, pues tal y como lo dije en ese entonces, no la necesita.
Sin embargo, yo sabía que eventualmente llegaría el día en el que una tablet o un teléfono móvil captaría su atención y comenzaría a entrar en contacto con ellos, ya sea a través de mí o de otras personas. Y ese día, finalmente ha llegado.
Antes de continuar, me gustaría aclarar que si bien es un tema al que presto particular atención, tampoco se trata de algo que me obsesione. No quiero que me malinterpretes ni que pienses que estoy en contra de la tecnología. Al contrario, creo que cuando es bien utilizada puede ser un recurso muy efectivo.
Pero gracias a mi trabajo como editora, en el que frecuentemente me actualizo en las recomendaciones de los pediatras y leo estudios científicos con información nueva sobre el tema de tecnología y niños, entiendo que no es algo que deba tomarse a la ligera, particularmente en sus primeros años.
Sé que cada padre y madre elige libremente cómo criar a sus hijos, y si bien hay familias que le compran tablets a sus hijos desde que tienen un año de edad, en mi caso no sucede así. Pero ahora que mi hija tiene cinco años, tiene conversaciones más largas con sus compañeros de escuela y ha descubierto que uno de ellos tiene un teléfono móvil.
Desde luego, un día saliendo del cole me lo contó todo y me preguntó que si podía comprarle uno. El tema de la tecnología es uno que ella ha tenido claro desde pequeña, porque le he explicado que no es un juguete y que son dispositivos hechos para personas más grandes y no para niños de su edad.
Afortunadamente, una de sus hermanas (en realidad media hermana, pero a la que siempre nos hemos referido simplemente como hermana) que ya tiene 11 años, recientemente nos mostró que le han dado un teléfono móvil, por lo que aproveché para tomarla como referencia y explicarle que cuando llegara a la edad de ella, podríamos comenzar a hablar de comprarle uno.
Por favor, no dejes tu teléfono móvil a mi hija sin preguntarme antes
Hacerla entender a mi hija que no necesita una tablet o un móvil no ha sido difícil, pues es una niña que entiende bien las cosas cuando se las explico amablemente y con fundamentos. El "problema", es que aunque le he ganado la batalla a la tecnología en nuestra casa, hay otros lugares en donde ella pueden tener acceso a ella, muchas veces sin supervisión.
Y esto sucede muchas veces, cuando otras personas, como un familiar o un amigo le presta el teléfono móvil "para jugar". No soy un ogro, mi pensamiento no va en el sentido de que nunca jamás en la vida toque un dispositivo electrónico. Pero no estoy de acuerdo en que otras personas le dejen el móvil sin consultarlo antes con los padres del niño.
Comprendo que no todas las personas saben lo mismo que yo: que dos o más horas al día de "tiempo de pantalla" aumenta la probabilidad de tener problemas de atención en niños de edad preescolar, que los menores de siete años están comenzando a tener problemas de miopía por la misma razón y que usar las pantallas de forma excesiva afecta la inteligencia y el desarrollo social y emocional de los niños.
Y si bien no puedo ir por la vida diciéndole a todas las personas que convivan con mi hija los resultados de todos esos y muchos más estudios sobre el efecto del uso de pantallas en los niños, sí quisiera que las demás personas comprendieran que no todos los padres estamos de acuerdo en que sean usados como un juguete, pues no lo son.
Los niños necesitan divertirse, jugar y continuar desarrollándose sanamente con actividades acordes a su edad, y esto lo logran con menos tiempo de pantallas y más juegos al aire libre. Usando móviles o tablets, no solamente se vuelven más sedentarios, sino que su capacidad de aprendizaje y socialización con otros se ve afectada.
Ahora, ¿va a pasarle algo si usa un móvil o tablet por unos minutos? Desde luego que no, incluso yo en algunas ocasiones le he prestado la tablet a mi hija cuando necesito hacer algo, manteniéndola siempre cerca de mí y supervisando lo que ve en ella. Pero cuando se lo prestan otras personas, suelen hacerlo sin tomar estas precauciones.
Sé que no siempre es fácil decir o expresar nuestras reglas de crianza, pero considero que es necesario hacerlo, de una forma amable y clara, para así evitar problemas o sentimientos negativos con otras personas y que comprendan que es importante para nosotros que respeten nuestra decisión o como mínimo, que pregunten antes de dejarles el móvil. Porque un teléfono móvil no es un juguete.
Fotos | iStock
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