Listeriosis, toxoplasmosis y otras infecciones causadas por alimentos peligrosas en el embarazo

La listeriosis es una infección producida por la bacteria Listeria monocytogenesado con graves consecuencias en el embarazo, pero no es la única infección que puede transmitirse a través de alimentos contaminados.

Dado que las intoxicaciones alimentarias durante la gestación pueden afectar seriamente la salud del bebé y de la madre, es fundamental evitarlas consumiendo con alimentos con todas las garantías de seguridad. Profundizamos en las infecciones causadas por alimentos que son más peligrosas en el embarazo, y cómo podemos prevenirlas.

Listeriosis

Esta bacteria de transmisión alimentaria se distribuye ampliamente por la naturaleza (suelo, polvo, agua), y se puede encontrar en distintos alimentos animales y vegetales.

Las mujeres embarazadas son 20 veces más propensas a sufrir esta enfermedad que las demás personas y la infección puede ser muy grave para los bebés, ya que atraviesa la barrera placentaria, pudiendo causar parto prematuro, aborto, parto de feto muerto, o niños a término con graves secuelas, sobre todo neurológicas.

Cómo prevenir la listeriosis

Para prevenirla, no debes ingerir leche fresca sin pasteurizar o quesos y postres elaborados con esta leche. También hay que evitar aquellos quesos enmohecidos como el roquefort o cabrales, y los quesos fermentados como el feta o el cambembert (aunque sean de leche pasteurizada).

Evitar los derivados cárnicos, tales como salchichas, patés, fiambres, embutidos, etc., salvo que estén recalentados hasta el punto de emitir vapor. Cocinar muy bien todos los alimentos, y especialmente las carnes, mariscos y pescados, y recalentar muy bien todas las sobras de las comidas.

Ante el menor síntomas de alerta, acudir al médico, ya que la detectarla a tiempo es clave para que el tratamiento funcione.

Toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una enfermedad causada por la infección de un parásito llamado toxoplasma gondii que puede vivir dentro de las células de los seres humanos y de los animales, sobre todo de los gatos y de los animales de granja.

El riesgo de que la embarazada que contrae la infección pueda contagiar al feto es de un 40 por ciento. Pero mucho depende el momento en que se contrae, pues en el primer trimestre es menos frecuente que en el segundo y en éste menos que en el tercero, sin embargo, durante el primer trimestre de gestación es cuando mayores daños causa en el bebé.

Si el parásito atraviesa la placenta e infecta al bebé podría provocar graves lesiones en el cerebro y en los ojos, pérdida de la audición, problemas de aprendizaje, e incluso la muerte del bebé.

Un gato que vive en casa es muy extraño que contraiga el parásito pues esto sucede al comer carne cruda infectada o estar en contacto con heces o tierra infectada. De todos modos, se recomienda pedirle a otra persona que limpie el baño del gato o, si no es posible, utilizar guantes y lavarse muy bien las manos después de hacerlo.

Cómo prevenir la toxoplasmosis

La vía de infección más común es por comer carne infectada con el parásito que esté cruda o no ha sido cocinada lo suficiente. Cocinar bien la carne y no comer carne cruda o poco hecha (incluidos los embutidos), ni frutas o verduras que no estén peladas o bien lavadas, y siempre lavar cuidadosamente cuchillos y utensilios de cocina que hayan estado en contacto con carne cruda y frutas y verduras sin lavar.

Otra vía para contraer el parásito es la leche cruda, sobre todo la de cabra. Evita tomar leche que no esté pasteurizada o cualquier producto lácteo hecho con leche no pasteurizada.

Anisakis

El anisakis es un parásito que se puede alojar en el tubo digestivo de peces, cefalópodos y mamíferos marinos. Podemos encontrarlo en peces que habitualmente consumimos como el bacalao, la sardina, el boquerón, el arenque, el salmón, el abadejo, la merluza, la pescadilla, la caballa, el bonito o el jurel, y cefalópodos como la sepia, el calamar y el pulpo.

La infección por anisakis o anisakiasis ocurre cuando las larvas vivas penetran en el tubo digestivo de la embarazada, adhiriéndose a la mucosa y provocando síntomas como dolor de tripa intenso pocos minutos o días después de consumir pescado infestado, vómitos, diarrea e incluso sangrado digestivo.

El anisakis no afecta directamente al feto en gestación, pero la infección en la embarazada puede afectar su sistema inmunológico y los medicamentos para tratar la infección sí podrían perjudicar al bebé.

Cómo prevenir la infección por anisakis

La medida más eficaz para matar las larvas de anisakis y evitar su contagio es evitar consumir pescado crudo y comprar directamente el pescado congelado (ultracongelación en alta mar), o bien congelándolo en casa durante un mínimo de 72 horas a -20º.

Si lo compras fresco, debes cocinarlo a una temperatura que oscile entre los 55 y los 70ºC durante 10 minutos por lo menos.

Salmonelosis

La salmonelosis es una infección gastrointestinal ocasionada por un conjunto de bacterias llamada salmonella y es la causa más común de las enfermedades transmitidas por alimentos.

La bacteria de la salmonela es posible encontrarla en las aves crudas, huevos, la carne vacuna, leche y en ocasiones en algunas frutas y verduras que no han sido lavadas de manera correcta. También es posible que sea transmitida a través de algunas mascotas, particularmente los reptiles, como las serpientes, tortugas y lagartos.

Por lo regular la salmonelosis se propaga con mayor facilidad en época de calor, cuando pasan los 30° grados, aunque desaparece cuando hay altas temperaturas, como al cocinar los alimentos.

Cómo prevenir la salmonelosis

Para prevenirla, debes lavarte las manos frecuentemente, en especial antes de comer y de manipular alimentos y después de ir al baño; lavar muy bien frutas y verduras, y de preferencia pelarlas; cocinar bien los alimentos de origen animal como huevos, aves y carne y lavar muy bien los utensilios de cocina y superficies que estén en contacto con alimentos crudos.

E-coli

La conocida como E. Coli es una bacteria llamada Escherichia Coli que vive normalmente en los intestinos de los animales y las personas. Es una bacteria fecal que en principio es inofensiva para el organismo e incluso constituye una parte esencial de la flora bacteriana humana, sin embargo hay una variedad de cepa que no es inocua y puede provocar graves enfermedades.

La bacteria suele proceder de heces contaminadas, de aguas fecales de animales, o bien se pueden encontrar accidentalmente en el empaquetado de la carne si no se realiza adecuadamente.

Puede alojarse en la ubre de la vaca (de ahí la recomendación de no beber leche directamente del animal) y los vegetales también pueden contagiarse con esta toxina por contacto con la superficie de la planta.

No hay evidencia de que la infección del E-Coli cause malformaciones en el feto, sin embargo la diarrea que ocasiona puede provocar una deshidratación en la embarazada. En casos muy graves puede ocasionar hemorragias y puede haber riesgo de aborto espontáneo, ruptura prematura de las membranas, parto prematuro o bajo peso al nacer.

Si la infección se encuentra en la vagina, puede producirse la infección del bebé durante el parto.

Además, el 85% de las infecciones de orina, muy frecuentes en el embarazo, son causadas por la bacteria E-coli. Suele aparecer en el primer trimestre, y si no recibe tratamiento, entre un 25-30% de estas mujeres desarrollarán en el segundo o tercer trimestre una pielonefritis o infección aguda en los riñones, que podría provocar parto prematuro y otras complicaciones.

Cómo prevenir la infección por E-coli

Para prevenir contraer la infección, hay que lavarse las manos con agua y jabón después de usar o limpiar el baño, cambiar pañales, manipular toallas o sábanas sucias o tocar animales o artículos en el entorno de los animales. También después de tocar carne cruda, lavar bien frutas y verduras, cocinar bien la carne y evitar productos no pasteurizados.

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