Phillip Haumesser, un fotógrafo y padre de Missouri, nos muestra la esencia del mundo rural en estas preciosas fotografías que toma de sus hijos. No hay poses ni escenarios estudiados. Lo más bonito de las fotos es que son absolutamente espontáneas, retratando la vida cotidiana de sus hijos creciendo en un granja junto a decenas de animales.
Una forma de vida slow a la que seguramente muchos quisiéramos escapar, donde la sencillez y la calma cobran un nuevo sentido. Sus hijos creciendo en plena naturaleza, rodeados de animales y desconectados del torrente de estímulos que reciben los niños de hoy en día. Yo, sin duda, me apuntaría.
Todo comenzó cuando su mujer Natasha le regaló una cámara fotográfica por su cumpleaños con la petición de que quería tener retratos de sus hijos para guardar como recuerdo. Pero el primer intento no salió bien, puesto que los niños se aburrían de posar para las fotos, y lo que debía ser algo bonito acabó frustrándolos.
Entonces entendió que debía captar momentos especiales en estado natural, sin poses ni tomas preparadas, retratando a sus hijos siendo simplemente niños. ¡Y la magia surgió!
Fotos Philip Haumesser Photography y Facebook (Reproducidas con autorización)
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