La suiza Patty Schnyder es tenista profesional, pero ante todo es una madraza. Las madres tenemos la enorme capacidad de estar pendientes de nuestros hijos, aunque estemos de lo más concentradas en otra cosa. Así lo ha demostrado ayer la tenista de 38 años en Gstaad, cuando jugaba un partido contra la alemana Antonia Lottner.
Mientras esperaba el servicio de su oponente, la tenista miró hacia las gradas y se dio cuenta de que su hija Kim, de tres años, que estaba viendo el partido, tenía los brazos descubiertos. En pleno partido, con un gesto le pidió a la persona que estaba con la niña (que no sabemos si es su pareja, su asistente o su entrenador) que le pusiera la chaqueta porque estaba refrescando. Está claro que las madres nunca dejan de ser madres.
Tras la indicación de la madre, el juego se reanudó. Por desgracia para Schnyder, Lottner ganó el partido en tres sets para avanzar a la siguiente ronda. Pero eso sí, ¡nosotros le damos el premio a la madraza del año!
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