Cuando el diagnóstico de cáncer llega a una familia es un trago muy difícil de digerir, sobretodo cuando hablamos de niños pequeños que tienen que enfrentarse a largos procedimientos médicos.
Sin ninguna mala intención y con el único objetivo de querer dar ánimos, muchas veces decimos frases hechas que se utilizan mucho en estos casos, sin pensar en el mensaje que estamos enviando con ellas a las personas que están atravesando la enfermedad.
Son habituales las expresiones bélicas que hacen referencia a la enfermedad como lucha, batalla y guerra, y a los enfermos de cáncer como guerreros o héroes que luchan contra ella.
Eliminar la metáfora bélica para hablar de la enfermedad
Psicólogos y médicos especializados advierten sobre la importancia de replantearnos la manera en la que hablamos sobre el cáncer (y sobre otras enfermedades) para eliminar frases bélicas que tienen un gran impacto emocional en los pacientes.
Al ser una enfermedad que puede causar la muerte, se habla de lucha por la vida. Pero, ¿qué sucede cuando las personas acaban falleciendo, acaso ellas no lucharon? O cuando la enfermedad empeora, ¿están perdiendo la lucha, no están siendo suficientemente fuertes o valientes?.
Son mensajes muy negativos que implican una derrota, haciéndoles responsables de lo que les ocurre, cuando muchas personas, por más que luchen durante años con todas sus fuerzas contra la enfermedad, no logran superarla. Y no por eso son menos héroes, menos guerreros, ni menos valientes. Ni han perdido la batalla contra el cáncer, ni fueron vencidos por la enfermedad.
Niños súper héroes y niñas súper heroínas. Es muy habitual, especialmente en el caso de los niños, compararlos con súper héroes o princesas heroínas, luchadores fuertes y valientes, poniéndoles una carga demasiado pesada y bloqueando sus verdaderas emociones.
Tanto para ellos, como para cualquier enfermo, podemos buscar palabras que les transmitan seguridad y fortaleza, que hablen de aceptar y sobrellevar la enfermedad con actitud positiva, en lugar de luchar contra ella. No pasa nada por tener miedo, por estar tristes, es completamente normal y esperable en una situación así.
Debemos fomentar espacio para que los niños, y cualquier persona con cáncer, puedan expresar sus emociones, hablen de sus miedos, y sobretodo demostrarles que no están solos, que les acompañamos incondicionalmente en este difícil proceso.
Daniela Paz Rojas Miranda, psicooncóloga chilena, que investigó sobre la utilización del lenguaje bélico, los valores que transmiten y las expectativas que generan en las familias, señala que así "instalamos a los niños (y a los pacientes) en el medio de una guerra, los posicionamos pareciendo que depende de ellos si ganan o pierden esta enfermedad".
"Tienes un bichito": diminutivos y eufemismos para hablar sobre el cáncer
También es habitual infantilizar el lenguaje, sobretodo en pacientes pediátricos, y utilizar diminutivos o eufemismos como “está malito”, “tienes un bichito”, “hay soldaditos malos”, expresiones que intentan disminuir la gravedad de la enfermedad.
La psicóloga Verónica Eslava Abucha, especialista en Psicooncología infantil y juvenil, y coordinadora del departamento de psicología de ASION recomienda "establecer una comunicación abierta para hacerles partícipes y ofrecer información veraz, sin mentir: no tenemos bichos en la sangre".
Habla de la importancia de validar las emociones del niño, no mentirle, avisarle con tiempo lo que va a ocurrir y preguntarle qué necesita (que mamá me coja la mano, por ejemplo).
Frases que no deberíamos decir para apoyar a una persona con cáncer
- "Tienes que ser valiente"
- "Tienes que ser fuerte"
- "Tienes que luchar"
- "Eres un guerrero"
- "No decaigas"
- "Si luchas te vas a curar"
- "Tú puedes con todo"
- "Vas a ganar esta batalla"
Frases que sí deberíamos decir para apoyar a una persona con cáncer
En cambio, podemos cambiar esa visión bélica a una mirada más comprensiva y de apoyo hacia las personas enfermas como:
- "No sé qué decir, pero te acompaño"
- "Estoy aquí para apoyarte"
- "Estamos juntos en esto"
- “Lamento que estés pasando por esto”
- “Dime qué necesitas"
- "Es normal sentir miedo y tristeza, puedes hablar conmigo"
- "¿En qué puedo ayudar? Puedes contar conmigo para lo que sea"
- “Si quieres hablar, aquí estoy”
O simplemente, no decir nada. Acompañar, apoyar, dar la mano, demostrar cariño, los besos y los mimos pueden ser mucho más significativos que decir cualquier frase vacía de sentimiento.