Sin duda Ainsley tiene muy claro lo que quiere. En la semana de las princesas de su escuela, en la que por supuesto todas las niñas van vestidas de princesas, con sus tutús y volantes, ella decidió ir disfrazada de perrito caliente.
La niña ha dado a todos una gran lección sobre la importancia de ser uno mismo y no dejarse llevar por lo que está preestablecido que las niñas deben ser. A raíz de su actitud, se convirtió en todo un fenómeno en las redes sociales.
Al ver la foto me recordó tanto a una situación similar con mi hija mayor cuando tenía 5 años, que hasta me emocioné. Os lo he contado en alguna ocasión. Ella iba a tercero de infantil, le faltaban cuatro meses para cumplir seis años. Era Carnaval y los niños podían ir al cole disfrazados de lo que quisieran. Todas las niñas de su clase, sin excepción, fueron de princesas y ella, de pirata. Allí estaba ella tan contenta con su parche y su tatuaje de calavera. Y lo mejor, que no se sentía mal por ser diferente. Al contrario, se sentía orgullosa de ser original. Y su madre, más.
"Ningún padre está preparado para que su propia hija sea tendencia. Lo mejor es que fue idea suya", escribía su padre en Twitter.
Poco después de que el padre publicara la foto con el hashtag #hotdogprincess, la niña se convirtió en un ídolo en las redes sociales. Los usuarios apoyaron y aplaudieron la actitud de la Princesa Perrito Caliente. Una auténtica reina.
Apoyar a los hijos y animarlos a ser realmente lo que desean es, creo yo, una de las misiones que tenemos como padres. Hay niños que tienen mucha personalidad y lo tienen clarísimo, mientras que otros necesitan que les guiemos sin juzgar ni condicionar sus decisiones.
Vía | El Huffington Post
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