Cinco hábitos que es necesario desaprender si te importa la salud mental de tus hijos

Cinco hábitos que es necesario desaprender si te importa la salud mental de tus hijos
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Criar a los hijos es una tarea compleja que requiere constante aprendizaje, flexibilidad y adaptación. A menudo, sin darnos cuenta, perpetuamos hábitos que pueden tener un impacto negativo en la salud mental de nuestros hijos.

Desaprender estos hábitos es importante para poder crear un entorno que favorezca el bienestar emocional y psicológico de los pequeños. Descubre cinco hábitos comunes que es necesario desaprender para cuidar la salud mental de tus hijos, junto con ejemplos realistas de cómo hacerlo.

1) Comparar a tus hijos con otros

Comparar a tus hijos con sus hermanos, amigos o compañeros de clase es algo que a veces hacemos sin darnos cuenta 'para motivarles' (aunque provoquemos justamente el efecto contrario), y que puede parecer inofensivo, pero que puede ser muy perjudicial.

Este hábito puede fomentar en ellos sentimientos de insuficiencia, celos y baja autoestima. Las comparaciones pueden hacer que los niños sientan que no están a la altura o que deben parecerse a alguien, generándoles problemas de inseguridad e incluso ansiedad.

  • Ejemplo

Imagina que tu hijo, Carlos, tiene un rendimiento académico promedio, mientras que su primo, Javier, siempre saca las mejores notas. Decirle a Carlos: "¿Por qué no puedes ser más como Javier?" puede desmotivarlo y hacerle sentir que nunca es suficiente.

En lugar de eso, enfócate en los logros y esfuerzos de Carlos: "Estoy muy orgulloso de cómo te esforzaste en este trabajo. Sé que diste lo mejor de ti." Esta respuesta valida el esfuerzo de Carlos y además le muestra que es valorado por lo que es, no por cómo se compara con otros.

2) Ser excesivamente crítico

La crítica constante (y no, no nos referimos a las críticas constructivas), puede erosionar la autoestima de un niño y hacer que se sienta 'inadecuado'. Es importante ofrecer una retroalimentación constructiva sin desvalorizar sus esfuerzos y logros.

Las críticas repetidas a menudo llevan a los niños a desarrollar una voz interna muy dura, lo cual afecta su autopercepción y su capacidad para afrontar las dificultades.

  • Ejemplo

Si tu hija, Lucía, te muestra un dibujo que hizo en la escuela, evita señalar todos los detalles que podrían mejorar. En lugar de decir: "Está bien, pero podrías haber coloreado dentro de las líneas," podrías decir: "¡Qué colores tan vivos has elegido, Lucía! Me encanta cómo has dibujado el sol."

Luego, si ella busca mejorar, puedes guiarla suavemente: "¿Te gustaría aprender algunas técnicas nuevas para colorear? Podemos hacerlo juntas." De esta manera, fomentas el aprendizaje sin menospreciar su esfuerzo actual.

3) No validar sus emociones

Decirle a los niños que "no se pongan tristes" o "no se enfaden" invalida sus emociones y les enseña que ciertos sentimientos son inaceptables o 'malos'. Validar sus emociones les ayuda a entender que está bien sentir lo que sienten y que sus sentimientos son importantes. Al no validar sus emociones, les enseñamos a reprimirlas, algo que les puede llevar a problemas emocionales a largo plazo.

  • Ejemplo

Tu hijo, Andrés, está llorando porque un amigo no quiso jugar con él. En lugar de decir: "No llores, no es para tanto," puedes responder: "Entiendo que estés triste porque querías jugar con tu amigo. A veces, las cosas no salen como queremos, y está bien sentirse así."

Luego, puedes seguir con una pregunta abierta: "¿Hay algo que te gustaría hacer para sentirte mejor?" Esto no solo valida sus emociones sino que también le ayuda a encontrar maneras de gestionar sus sentimientos.

4) Evitar hablar de los problemas

emociones
Película 'Un asunto de familia' (2018)

Proteger a los niños de los problemas puede parecer una buena idea, pero evitar las conversaciones difíciles les priva de aprender a enfrentar y resolver conflictos.

Hablar abiertamente sobre los problemas y cómo gestionarlos (escogiendo cuáles en función de la edad) fomenta la resiliencia. Los niños necesitan aprender que los problemas son una parte natural de la vida, aunque sean incómodos, y que pueden ser gestionados con habilidades y apoyo adecuados.

  • Ejemplo

Si hay tensiones económicas en casa, en lugar de ocultarlo, puedes explicarlo de manera sencilla y sin alarmar: "Estamos pasando por un momento en el que tenemos que ser más cuidadosos con el dinero. Vamos a encontrar formas de divertirnos que no cuesten tanto."

Además, en función de la edad, puedes involucrarlos en soluciones: "¿Qué ideas tienes para ahorrar en casa?". Esto es una forma de darles la oportunidad de comprender la situación y además les enseña habilidades de resolución de problemas.

5) Sobrecargarles de actividades

Llenar la agenda de tus hijos con actividades extraescolares puede causarles sobreestimulación, estrés y ansiedad. Los niños necesitan tiempo libre para jugar, relajarse, ser creativos sin presión e incluso, aburrirse. Así, la  sobrecarga de actividades puede fatigarlos, reducir su motivación y provocarles dificultades para concentrarse, afectando su rendimiento académico y su bienestar emocional.

  • Ejemplo

Si tu hija, Marta, tiene clases de piano, natación y ballet todas las semanas, podría estar sintiéndose abrumada. Pregúntale qué actividades disfruta más y considera reducir el número de compromisos: "¿Te gustaría seguir con todas tus actividades o preferirías tener más tiempo libre para jugar y descansar?".

También puedes observar sus señales de estrés y fatiga, y ajustar el horario en consecuencia. Permitirle más tiempo libre reducirá su estrés, hará que disfrute más aunque 'haga menos' y fomentará su creatividad y su capacidad para jugar y explorar por su cuenta.

Foto | Portada (Película Una esposa de mentira, 2011)

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