En 1995 un mínimo histórico marcaba una diferencia abrumadora de 53.809 nacimientos con respecto a los nacimientos del año 1975, cuya cifra alcanzaba nada menos que los 112.000 nacimientos. Ahora podemos decir que la natalidad se encuentra en un término medio entre ambas cifras, según los datos del año 2005, se produjeron 79.547 nacimientos. Seguramente las cifras presentes serían mucho menores de no ser por la inmigración, este aspecto ha representado el aumento del 50% de nacimientos en la provincia catalana. Mantener una buena tasa de natalidad es muy importante a nivel sociológico, económico, etc., de ella depende la renovación generacional, el sustento de los que serán el día de mañana ancianos, en resumidas cuentas, del motor que impulsa una región, una provincia o un país.
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