Una de las consecuencias más duras del cáncer, por lo que representa a nivel de imagen mientras se lucha contra la enfermedad, es la pérdida de pelo como consecuencia de algunos de los tratamientos. Y lo es también para los niños, que se ven de un modo que no reconocen en otros niños.
De esto se dio cuenta Thomas Moore cuando tenía seis años y encontró a su madre viendo un vídeo en Facebook sobre una chica que había perdido su pelo a causa del cáncer. En ese momento decidió que haría algo por los niños que perdían el pelo por culpa de la quimioterapia: dejarse crecer el pelo para donarlo.
Dos años dejándoselo crecer
Cuanto más pelo tuviera, más podría ayudar a otras personas, así que se lo dejó crecer durante dos años. Dos años en los que le creció mucho en largura; dos años en los que además el pelo adquirió un increíble volumen.
Así llegó el día en que por fin se lo cortara, y la sorpresa fue que no había conseguido pelo para uno o dos niños, sino en realidad para tres. ¡Con su pelo se podían hacer tres pelucas!
Según leemos en BoredPanda, su tía Amber Ray, tremendamente orgullosa de su sobrino, decidió compartir el gesto, la paciencia de estar dos años con un pelo muy largo solo con la finalidad de cortárselo para ayudar a otros. Publicó la foto en Twitter, donde acumula ahora mismo más de 61 mil retweets y más de 120.000 me gusta.
Sin duda un gesto digno de ser reconocido. La felicidad de un niño al dar, y no al recibir. La capacidad de darse cuenta de que es más enriquecedor hacer algo por las personas que te necesitan que esperar a recibir cosas que quizás ni siquiera necesitamos.
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