"Las canciones me han servido para canalizar momentos duros de mi maternidad". Entrevista a Beatriz Montiel, autora de "Theta"

Hace dos días os hablamos de "Theta", un disco compuesto y cantado por Beatriz Montiel, dedicado enteramente a la maternidad, al mundo de los bebés y a las inquietudes, dudas y problemas que pueden surgir con el paso a ser madre, cuando no todo es de color de rosa ni flotas en nubes de algodón.

Nos gustó tanto el proyecto que pensamos que sería bonito hablar con ella para que nos contara un poco cómo surgió la idea de grabar un disco en que todas las canciones hablaran de los temas que pueden preocupar a las madres, incluso antes de engendrar al bebé, y entre otras cosas nos dijo que las canciones le han servido para canalizar momentos duros de su maternidad.

El disco lo has compuesto tú, ¿verdad?

Sí, así es. Todas las canciones del disco son de composición propia, tanto la letra como la música. Los arreglos y pianos son obra de Manu Ortega; las guitarras, grabación y mezcla son responsabilidad de Daniel Sáiz en Estudio Sacramento y los bajos suenan a cargo de mi padre, Javier Montiel. Tres pedazo de músicos sin los cuales "Theta" no existiría.

¿Qué te llevó a empezar a escribir? Porque tú ya cantabas y componías, imagino. ¿Qué te hace empezar a hablar de maternidad?

Siempre he tenido mi guitarra acústica en casa con la que componía pequeñas canciones, pero he tenido largas temporadas en que la guitarra ha llegado a coger polvo en un rincón de la habitación. Cuando la idea de tener un hijo se instaló en mi mente para quedarse a vivir allí, de pronto aparecieron melodías casi a diario, letras que nacían mejor en forma de canción... parecía que a veces me expresaba mejor con música que con lenguaje hablado y muchas veces, las canciones me servían de filtro para canalizar momentos duros de mi maternidad, ha sido sanador.

¿Sanador? ¿En qué sentido?

Cuando hablo de que las canciones fueron en ocasiones sanadoras quiero decir que me ayudaron a aceptar o encajar momentos de mi maternidad que no esperaba o en los que no pensé. Me informé muchísimo durante el embarazo pero algunas cosas (todas prácticamente) hasta que no las vives en primera persona no sabes realmente cómo te vas a enfrentar a ellas. Yo por ejemplo, deseaba dar el pecho a demanda a mi bebé y desde el primer agarre espontáneo tuve que sufrir los efectos de una mastitis subclínica que duró casi cinco meses. Cinco meses con dolores insoportables, botando de dolor en la cama, retrasando las tomas... sentí incluso algo de rechazo hacia mi niña, porque acercarla a mi cuerpo era sinónimo de sufrimiento. Decidí no sustituir ninguna toma por leche de fórmula y tratarme con probióticos. La canción "Amor de leche" fue sanadora componerla porque realmente mi deseo de amamantarla nunca desapareció y nuestro profundo amor se forjó durante la lactancia. Hay un momento que dice "me acaricias el costado..." Nunca olvidaré cómo mi hija me acariciaba mientras mamaba, parecía que me dijera "gracias, mamá. Lo estás haciendo genial". Si no llego a tener cerca a mi tribu, si no llego a acudir a grupos de apoyo a la lactancia y asesoras, seguro que nuestra lactancia hubiera sido un fracaso. Mi pareja (igual de novato que yo) no sabía ayudarme e este aspecto y fueron otras madres quienes me sacaron del pozo.

El disco es cronológico, ¿verdad? Cada canción responde a un momento vivido, a un momento importante de tu maternidad... ¿sí?

Así es, conforme mi transformación como madre avanzaba, surgían de mi interior nuevos temas sobre los que componer y eso se ha respetado en el disco también. La primera canción (Un día pensé en ti) responde al primer momento en que pensé en mi hija de manera consciente y canción a canción se vislumbra un proceso de maternidad donde sucede un embarazo (Su nombre es Zoe); un parto inminente (Blessingway); un bebé que hace muecas mientras duerme y su mamá se pregunta ¿con qué soñará? (¿Con qué soñará mi bebé?); un bebé que descubre el mundo por primera vez (Aina); unos comienzos de lactancia difíciles donde se afianza un vínculo para toda la vida (Amor de leche); miedos nocturnos (No tengas miedo); la soledad de una madre buscando su tribu maternal (¿Quién está ahí?) y finalmente cómo paliar los efectos de la ansiedad de separación si nos vemos, como yo, en el caso de separarnos forzosamente de nuestros bebés (Canción de despedida).

La música para ti es...

Una forma de comunicación profunda con el otro y con una misma. Un canal para expresar algo de manera diferente... Para mí, ya te digo, que ha sido tan natural componer "Theta", que a veces pienso que era una necesidad vital, algo para lo que mi cuerpo se había preparado, como lo hizo para ser madre. Quizás la música también sea hormonal, jejeje.

¿Le cantas tus canciones a Zoe? ¿Qué opina de que su mamá tenga esta faceta tan artística?

¡Le encanta! Siempre he cantado, canturreado por aquí y por allá, en la ducha... Embarazada cantaba muchísimo a mi hija y después también. Ahora ponemos el disco en el coche de camino a la escuela infantil y ella elige las canciones que quiere escuchar y las cantamos juntas. También la sorprendo a veces jugando con algo en el salón de casa y tarareando alguna canción de "Theta". Me encanta escucharlas con su dulce vocecita. Ella también "canta a mamá".

¿Qué tratas de transmitir con tu música? ¿Crees que otras madres se identifican con el mensaje?

Solo cuento mi experiencia de maternidad a través de canciones. Canciones que acompañaron mi camino hacia la transformación de mujer a mujer-madre. Y deseo que igual que me acompañaron a mi, acompañen ahora a otras mamás con un abrazo sonoro, que sientan que otra madre les canta a ellas y no se crean solas. Trato de transmitir TRIBU.

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