Según un artículo publicado la semana pasada en Livescience.com, un estudio realizado a un grupo de mujeres reveló que éstas encuentran menos desagradable el olor de las cacas de sus propios hijos al de otros niños.
En éste yo hubiera sido el conejillo de indias perfecto porque cuando cambian a otro bebé delante de mí se me revuelve todo, sin embargo soporto el olor de las cacas de mi hija, que no me huelen tan mal.
Y eso que la de la mañana de una niña de dos años ya no es una inofensiva caquita. Incluso pude soportarla bajo los efectos de las nauseas matutinas de mi segundo embarazo. Una posible explicación es que estemos más acostumbradas a ese olor y por eso lo encontramos menos repulsivo.
Otra, un poco más compleja, es que las madres estamos preparadas naturalmente para superar ese desagrado en pos del bienestar de nuestro hijo.
Veo posible que sea un poco de ambas razones.
Vía | bloggingbaby En Bebés y más | Las cacas del bebé