Los investigadores afirman que las creencias de los adultos y los niños están basadas en la información que reciben de terceros, más que de sus propias observaciones. Los niños, por ejemplo, saben que los procesos mentales se llevan a cabo en el cerebro, que los órganos internos hacen que su cuerpo funcione o que la tierra es redonda, fenómenos “invisibles" para ellos; sin embargo los conceptos religiosos que no pueden demostrarse resultan menos fiables que los científicos (también indemostrables) para los niños. Los científicos han encontrado tres puntos clave sobre cómo aprenden los niños acerca de los objetos no-observables, objetivos o subjetivos. El primero de ellos es que los niños extrapolan lo que se les dice y hacen sus propias interpretaciones, más poderosas para ellos que lo que han escuchado.
El segundo punto clave señala que los niños aportan sus propias contribuciones a aquello que aprenden.
El tercer punto clave es que, en general, los niños confían más en la información que se les da acerca de temas científicos que ellos no pueden comprobar que acerca de temas espirituales que tampoco pueden probar, como la existencia de Dios.
Los científicos señalan que este punto debería estudiarse en próximas investigaciones, con el fin de comprender mejor la influencia de la cultura en la formación del conocimiento infantil, ya que los niños aprenden a través de los padres acerca de aquello que no ven: la cultura en que todos están imbuidos es básica en la composición de su corpus de conocimiento.
Vía | Tendencias 21 Estudio | Trust in Testimony: How Children Learn About Science and Religion (pdf) En bebés y más | Despertar el interés por la ciencia | La edad de los ¿porqué?