Este dulce bebé dormido se llama Elisabeth y aunque parecezca que está viva y respira, no lo hace. Está hecha con un molde. Se trata de una técnica llamada arte reborn de la que ya hemos hablado en alguna ocasión y que trata de reproducir con el mayor realismo posible el aspecto de los bebés reales.
La artista, autora de la marca Mimitos Reborn, explica su técnica. La pintura de la cara se hace con muchísima delicadeza, pintando las pequeñas venitas y las rugosidades típicas de la piel de los recién nacidos. El pelo si va poniendo pelo a pelo, uno por cada folículo, y por eso se logra ese aspecto tan realista. Pies y manos llevan una delicada manicura. Todo se hace para lograr que el aspecto de estas figuras sea el de un pequeñín vivo. Incluso el cuerpo, relleno, parece el de un niño al tomarlo en brazos. Y de verdad que son una maravilla de realismo y ternura.
No se trata de juguetes, sino de obras de arte, esculturas llenas de vida, para coleccionistas, recuerdo o para terapias. Sin embargo, el que se trate de la figura de bebés me produce cierto desasosiego, y no se la razón. Si lo pienso bien es como una foto o una película, pero sigue produciéndome una sensación incómoda.
Son verdaderas maravillas, de eso no hay duda, pero la verdad es que yo no querría habérselo hecho a mi hijo por mucho que a veces desearía volver a verlo dormidito, con esa dulzura que sólo los recién nacidos tienen.
Sin embargo, los bebés reborn sirven, además de ser obras de arte, para terapias por niños autistas y para personas que no han tenido o que han perdido un hijo. Vosotros, ¿que pensáis?
Más información | Mimitos reborn
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